Buenos Aires, 28 de enero.- La tragedia que azotó a Brasil ayer por la madrugada se cobró la vida de 238 personas. La cifra se elevó con el paso de las horas, mientras siguen bajo estricta atención médica los más de 100 heridos que sobrevivieron.
La conmoción por el incendio en el boliche Club Kiss continúa en toda la región. El siniestro se habría iniciado por una bengala que prendió una de las bandas que tocaba esa noche, pero aún no se revelaron oficialmente los causales de las llamas.
Aunque la mayoría de las víctimas falleció por asfixia, otras murieron por las pisoteadas que sufrieron al intentar escapar del local bailable. Lo mismo ocurrió hace casi nueve años en la Capital Federal cuando se incendió República de Cromañón. El dramático y fatal episodio en el barrio de Balvanera no tiene más que semejanzas con este caso de Santa María.
¿Quién va a hacerse responsable de lo ocurrido?, se preguntan muchas portadas de medios brasileros. La disco, que tenía lugar hasta para 2000 personas, tenía la habilitación vencida y la única puerta de emergencia estaba cerrada.
Los bomberos y vecinos de la zona tuvieron que romper las paredes a contrarreloj y ayudar a los que habían quedado atrapados. “La gente se chocaba, se caía, los bomberos se intoxicaban”, contó -en una entrevista a una agencia de noticia- un joven dentista que vio como una chica moría en sus brazos.
Uno de los dueños del lugar se presentó ante los investigadores y quedó a disposición de la Justicia. El otro propietario está prófugo.
LOS NÚMEROS QUE CAMBIAN
Ayer, durante las primeras horas tras el incendio, los Bomberos informaron que habían contabilizado 245 muertos.
Tres horas después, el Batallón de Operaciones Especiales de la Policía Militarizada rectificó la información y comunicó que el saldo había sido de 233 víctimas fatales. De todas formas, el número continúa aumentando y esta mañana se confirmaron 238 decesos.