Como ya es una costumbre desde que la inflación obliga a recomponer periódicamente la situación de los estatales, el Gobierno provincial les girará a los municipios una importante suma de dinero para que puedan aumentar los haberes de sus trabajadores. El monto es levemente superior a los 296 millones de pesos y se calculó de manera que a los intendentes les alcance para replicar el incremento retroactivo a febrero que el Ejecutivo provincial les dio a sus empleados de planta permanente. La ley que autoriza el desembolso entrará a Diputados entre mañana y pasado.
La ayuda es excepcional y aunque no hay ningún instrumento legal que obligue a los intendentes a destinarla a sueldos, el espíritu es ese. La gestión de Sergio Uñac se meterá la mano al bolsillo para que los jefes comunales tengan algo de aire y dispongan una suba de remuneraciones que no deje relegados a los municipales respecto a los agentes del Estado provincial.
El Ejecutivo acordó con sus trabajadores una suba del 32 por ciento para este año y ese es el mismo porcentaje que aplicarán el Poder Judicial y el Poder Legislativo. Los municipios son el último eslabón de la cadena y los únicos que dicen no tener fondos propios para poner en práctica la receta que ayuda a compensar los efectos nocivos que la inflación causa en los recibos de sueldo de los trabajadores.
Según adelantaron fuentes gubernamentales, la asistencia que esta vez recibirán las comunas es de 296,3 millones de pesos. El monto representa más de un 50 por ciento de aumento respecto a los 188,6 millones de pesos que se enviaron el año pasado con el mismo objetivo y se distribuirán de manera proporcional entre los 19 departamentos.
De acuerdo a los números que sacaron en el Ministerio de Hacienda, los casi 300 millones son suficientes para atender dos frentes. Los intendentes podrán otorgarle a la planta permanente la misma suba que dio la Provincia, es decir un 32 por ciento, y les quedará un remanente para recomponer los ingresos de los contratados. Mientras que los empleados que trabajan bajo la modalidad de una beca, correrán exclusivamente por cuenta de los municipios.
A diferencia de lo que pasaba históricamente, la gestión uñaquista accedió a que la mejora de los sueldos estatales sea a partir de febrero y no de marzo. En el cálculo del fondo también se tuvo en cuenta ese elemento, por lo que los municipales tienen la chance de gozar de un aumento retroactivo al segundo mes del año y no quedarse atrás.
Atendiendo a la autonomía que les da la Constitución, cada municipio tiene la libertad de ordenar la recomposición que quiera. Pueden dar un aumento menor al de la Provincia o uno mayor incluso, aunque en este último caso deberían pagar de sus propias cuentas el gasto adicional que eso implique.
Lo que recibirá cada comuna se conocerá en el transcurso de la semana entrante, cuando ingrese a la Legislatura el proyecto que autoriza al Ejecutivo provincial a encarar la erogación. Por lo pronto, se sabe que el criterio de reparto será el mismo que levanta polémica desde hace años: la cantidad de empleados efectivos. Algunos intendentes sostienen que es injusto, porque indirectamente se premia a aquellas administraciones que no han tenido empacho en llenar las comunas de personal e incrementar los gastos corrientes en detrimento de un presupuesto equilibrado y disponibilidad financiera para ejecutar obras y mejorar los servicios.
El desembolso de los fondos disparará las negociaciones con UPCN y SUOEM, los dos gremios con mayor representación en los departamentos. El primero ya hizo saber sus pretensiones de conseguir un 35 por ciento como mínimo, apostando a que los jefes departamentales no se valgan solamente de la ayuda que llegará desde el Gobierno sino que también echen mano al presupuesto municipal.