No es nuevo. Desde hace varias fechas que los volantes centrales terminan siendo lo más regular del equipo y en definitiva los que sostienen a lo largo de los 90 minutos al equipo. Ayer Andrés Alderete y Maximiliano Bustos resultaron lo más destacado del equipo. Primero para recuperar y darle salida, y luego para cortar y tratar de alejar el peligro. La labor del doble 5 fue muy destacada con respecto a lo que hicieron el resto de sus compañeros, que mostraron falencias futbolísticas para ir por más, buscar el triunfo y retomar esa senda que no conoce desde la 11° fecha del Torneo Inicial pasado, cuando le ganó 2-1 a Unión en Santa Fe con goles de Mauro Bogado y Humberto Osorio, en aquel lejano 20 de octubre de 2012.
Anoche fue una final y San Martín la jugó con mucho orden. Pero fue una cosa de mitad para atrás comparada con el resto. Porque por las bandas y donde había que crear faltó coordinación. Y por eso no pudo ganar ya que el equipo volvió a carecer de generación de juego en el mediocampo.
Mientras Alderete y Bustos se multiplicaron, Bolaños y Luna por las bandas aportaron muy poco y no tuvieron profundidad ni desbordes. Está claro que a los dos les cuesta bastante cuando deben recostarse sobre algún costado de la zona de volantes, donde quedan ‘atrapados’ contra la línea de banda de cada sector. Ambos tienen sus mejores versiones a la hora de ir por el medio y sin responsabilidades a la hora de marcar.
Y esto se suma a la poca eficacia de Penco y Osorio. El primero tuvo un par y demoró en la definición. Y al colombiano nunca le quedo alguna.
En el fondo hubo otro entendimiento y que no le hayan hecho goles luego que en los últimos 4 recibió 3 en cada juego lo marcan. Damián Ledesma, principalmente y Lucas Landa, estuvieron bien asociados y fueron rápidos para cortar lo poco que creó Quilmes. Y por la bandas, si bien Mas fue el único que se proyectó, no fueron superados al igual que Alvarez por derecha.
Y lo de no recibir goles también tuvo sustento en Luis Ardente que se quedó con el tiró de Romero y el cabezazo de Mandarino.
En líneas generales hay que resaltar que volvió el arco a quedar en cero, pero sin descuidar que San Martín venía de hacer 4 goles en dos partidos y anoche no facturó y tampoco tuvo tanto como para ganarlo.
El termómetro lo marcaron ayer Alderete y el “Mencho”, cuando ellos corrieron el peligro fue menos y hubo salida, y cuando mostraron signos de cansancio y se tomaron un segundo para recuperarse Quilmes buscó el arco de Ardente.