El mexicano Carlos Slim sigue utilizando el mismo Mercedes Benz que tiene desde hace años y no es hombre que haga ostentación de yates y aviones privados, pero la colosal fortuna del magnate de las telecomunicaciones se mantuvo en el 2010 como la más grande del mundo.
La revista Forbes mantuvo a Slim -el dueño de América Móvil, la mayor telefónica móvil de Latinoamérica- en el primer lugar de su lista de los hombres más ricos del mundo, por segundo año consecutivo.
No sólo eso, sino que su fortuna -estimada en 74,000 millones de dólares- casi duplica el Producto Interno Bruto (PIB) que espera para este año el Líbano, el país desde donde su padre, Julián Slim, emigró a México hace más de un siglo.
Carlos Slim Helú es el quinto de seis hermanos y desde pequeño se le vio el gusto por los negocios. A los siete años ya le vendía dulces y refrescos a sus familiares, y registraba sus ingresos y sus gastos en una libreta regalo de su papá, un comerciante que hizo fortuna durante la Revolución Mexicana.
Ahora, a sus 71 años, "El Ingeniero" lidera un imperio que abarca desde América Móvil hasta cadenas minoristas, pasando por constructoras, minas, bancos y hoteles, y cuyos intereses se extienden hasta el venerable diario estadounidense The New York Times y las tiendas de lujo Saks.
A principios de marzo, el amante de la artes también inauguró en Ciudad de México -su tierra natal- un gigantesco museo en honor de su fallecida esposa Soumaya, en donde expondrá, entre otras piezas, su colección de esculturas del maestro Auguste Rodin, la mayor fuera de Francia.
Slim sigue compartiendo el "podio" de la lista de Forbes con el fundador de Microsoft, Bill Gates, y el propietario del fondo de inversión Berkshire Hathaway, Warren Buffett, segundo y tercero hombres más ricos del mundo, respectivamente.
Pero en el pasado ha dicho que su posición en ese tipo de listas lo tiene sin cuidado.
"La riqueza es como un huerto", dijo Slim a Reuters en el 2007. "El huerto lo que hay que hacer es que crezca, que se vuelva a invertir, que se haga más grande o que se diversifique con otras cosas", agregó.
Además, su particular sentido del humor le llevó a regalar ropas para su imagen en un museo de cera de Ciudad de México, que comparte sala con la del presidente estadounidense Barack Obama.
Carlos Slim también se ha dedicado a lanzar fundaciones en apoyo de la salud, el desarrollo tecnológico y el deporte. Se le conoce por ser un aficionado al boxeo y al béisbol.