La gestión uñaquista ya tomó la decisión de poner en marcha el año que viene otro plan de pavimentación de 1.000 cuadras en los departamentos. Como muestra de esa política, dejó asegurada una partida de 75 millones de pesos en el presupuesto y existe la posibilidad de que se asignen más recursos. Si bien aún no hay una fecha para el anuncio, fuentes calificadas confirmaron que se mantendrá el mismo esquema, es decir, la provincia aportará el 80 por ciento de los fondos, mientras que las comunas pondrán el resto.
600 fue la cantidad de cuadras que tuvo el primer plan de pavimentación local. Después trepó a 800 y 1.000.
50 millones de pesos no reintegrables aportó la gestión kirchnerista para el plan en 2009.
El plan es vital para los municipios, ya que a través de esa herramienta pueden responder a una de las principales demandas de los vecinos, que es colocar asfalto nuevo o repavimentar calles urbanas que se hayan visto deterioradas por el tránsito y el paso del tiempo. Sin la ayuda significativa del Gobierno, a los intendentes se les haría muy difícil poner en práctica esa mecánica, debido a sus magros niveles de recaudación de tasas y las escasas fuentes de generación propia de financiamiento.
El de 2017 será el sexto plan de pavimentos que pondrá a rodar el Ejecutivo provincial. En marzo de este año, el gobernador Sergio Uñac lanzó el número 5 y el primero de su gestión, con una inversión de 220 millones de pesos para pavimentar y repavimentar 1.000 cuadras. El mismo aún se encuentra en ejecución en los 19 distritos con distintos niveles de avance, indicaron las fuentes.
La mecánica general del programa seguirá siendo la misma: el Gobierno será el que dispondrá de la mayor cantidad de recursos, mientras que el porcentaje de las comunas provendrá de lo que reciben del llamado fondo nacional de la soja. Para asegurarse el aporte de los municipios, el Ejecutivo le irá deduciendo mensualmente a cada uno lo que reciban de las remesas de las retenciones a la oleaginosa.
Los recursos llegarán a todos los departamentos y en el reparto se han venido tomando en cuenta distintos parámetros como un monto fijo para todos, la distribución del dinero de coparticipación, la cantidad de habitantes y el deterioro de las calles.
En la operatoria de este año, el objetivo fue que cada municipio presentara un plan de prioridades ante la Dirección Provincial de Vialidad, el organismo que está encargado de coordinar los trabajos. Luego de que se alcancen las definiciones, la repartición es la que llamará a licitación para que las empresas interesadas compitan con sus ofertas técnicas y económicas y se queden con las obras.
Una de las premisas que se tuvo en cuenta en el primer plan que puso en marcha la gestión uñaquista fue que se pavimentaran y repavimentaran aquellas calles que atravesaran los centros más poblados de los departamentos.
El programa nació en 2009, cuando el Gobierno nacional destinó dinero, no reintegrable, para asfaltar 500 cuadras. En 2011, la gestión giojista armó el plan con recursos locales y desde entonces se viene instrumentando y la cantidad de cuadras ha ido en aumento, hasta llegar a las 1.000. Para el año que viene ya está confirmada una partida inicial, aunque todavía no se sabe con cuánto quedará constituido el total del fondo, dado que hay chances de que se destinen más recursos.
A los jefes comunales les viene como anillo al dedo. Es que no sólo atenderán un reclamo de los vecinos, ya que la ejecución de este tipo de obras les sirve políticamente para mostrar gestión.