Independiente derrotó 2 a 0 a Racing Club en el clásico de Avellaneda y salió transitoriamente de la zona de descenso. Al fin y al cabo todo eso es lo que le importaba al equipo de Gallego.
Los goles del Rojo, que justificó el triunfo desde la actitud y el orden, fueron convertidos por Leonel Miranda a los dos minutos del primer tiempo y Jonathan Santana lo liquidó a los 48’ de la parte final.
El conjunto conducido por Zubeldía, que nunca pudo reaccionar ante el gol tempranero y mostró una floja versión, terminó con uno menos (Villar fue expulsado).
Además de la alegría por imponerse ante el clásico rival, el Rojo logró salir transitoriamente, a la espera del resultado de San Martín, de la zona de descenso que lo persigue y lo apremia desde el comienzo de la temporada.
Independiente empezó a ganar el clásico por la actitud que mostró desde el comienzo, porque salió decidido a buscar el arco rival con una intensa presión en campo rival ante la pasividad de un Racing que entró tarde al partido.
La fórmula de Gallego dio resultado desde temprano ya que a los dos minutos Fredes le robó la pelota desde atrás a Camoranesi y, tras un rebote, Miranda la mandó al fondo con un derechazo fuerte y esquinado.
Con la ventaja, Independiente empezó a manejar el partido aunque sin profundidad.
El equipo de Zubeldía fue reaccionando de a poco y arregló algunos huecos en el mediocampo. A los 23’ se pudo encontrar con el empate pero un peligroso tiro pegó en el palo izquierdo de Rodríguez.
El Rojo se fue al descanso sosteniendo el triunfo por la firmeza de Morel Rodríguez en defensa y la buena circulación de pelota del mediocampo. Del otro lado, fue una actuación floja en el plano colectivo e individual y encima nunca supieron reaccionar.
En el segundo tiempo, Independiente luchó y trabajó para mantener la diferencia y, pese a que se tiró unos metros más atrás, nunca se vio complicado ante un rival demasiado tibio.
Con el correr de los minutos, el dueño de casa aprovechó la desesperación y los espacios y pudo liquidar antes el cotejo.
El desahogo recién llegó en el último minuto de descuento cuando el colombiano Caicedo, quien ingresó en buen nivel, sirvió para Santana, que desató la fiesta con un zurdazo impecable. El Rojo, dueño de Avellaneda.