Los partidos no se terminan hasta que el árbitro marca el final. Eso lo aprendió para festejar San Martín y para sufrir Marquesado porque en esa recta final cuando faltan piernas y sobra corazón, el Verdinegro asestó su golpe ganador con la potencia de Nicolás Ibañez, su gran figura para terminar derrotando a un Marquesado que empezó mucho mejor, que incluso abrió el marcador temprano y hasta tuvo sus opciones para definirlo en los pies de Matías González pero la dejó pasar y así lo pagó. Fue mejor el primer tiempo que el complemento y es que el arranque del Tricolor del Oeste fue a toda orquesta.
Cuando Sánchez, Roberto Cortez, Maldonado, Olivares y González se asociaban descompensaban a un San Martín que entró demasiado nervioso. Y claro en ese mejor arranque, Marquesado a los 8’ llegó al gol cuando Maldonado corrió por izquierda, se apresuró el arquero Desima saliendo lejos y hubo definición con suspenso para poner el 1-0. Era delirio para los del Oeste y desazón en San Martín.
Tanto que Matías González tuvo el 2-0 en sus pies pero remató débil permitiendo la salvada milagrosa de un central verdinegro. Pero a los 25’ Ibañez entró en escena y a pura potencia empató. Cambió todo ese gol porque Marquesado sintió el impacto anímico y ya no jugó igual.
En el complemento, San Martín pareció tener más resto físico pero no se hizo nuna dueño del partido. Hubo mucho roce, mucho corte y a los 23’ llegó la expulsión apresurada de Carpio que luego se compensó con la de Difonti en San Martín. 10 contra 10 el partido no entregó mucho más que intensidad pero faltando apenas 4 minutos, cuando parecía pelota perdida y que se venían los penales, Nico Ibañez fue a pelear esa pelota perdida, sorprendió y definió ante Olivares para sentenciar el paso de San Martín a la final del próximo domingo contra el ganador del cruce Trinidad-Atenas que hoy, desde las 17, se medirán en el Bicentenario de Pocito.
Por goleada
Marquesado se quedó en el camino perdiendo la semifinal ante San Martín pero en el respaldo de la gente, el ese apoyo popular que genera pasiones, ganó lejos. Hasta por goleada se podría decir porque la Cabecera Sur del Bicentenario se vistió del Tricolor del Oeste que vivió e hizo una fiesta del cruce con el Verdinegro. Un arsenal de bengalas, pirotecnia y todas las banderas del Oeste le pusieron un marco impresionante para un partido del Oficial local. Se cansaron de gritar y de alentar y del otro lado, el apoyo para los pibes de San Martín no fue menor pero nunca llegó a igualar lo que pintó Marquesado en la Popular Sur.