Con una actuación superlativa de su delantero de punta, Oscar Oro, autor de tres goles y otra labor excepcional de su arquero Juan Avila, que sacó todo lo que le tiraron, Sport Argentino le dio a Albardón otra Copa de Campeones, derrotando a domicilio por 3 a 1 a San Martín de Rodeo.
La fiesta del fútbol del interior de la provincia se vio empañada por algunas pedreas entre las parcialidades, ocurridas al final del encuentro que motivaron la rápida acción policial. Por este motivo los jugadores del ‘Boca de Albardón’ no pudieron compartir con sus hinchas el momento de festejo con la Copa DIARIO DE CUYO.
El partido fue raro porque a los siete minutos luego de dos incursiones ofensivas con pelotazos largos en los que fallaron los defensores del elenco local, Oro, que no durmió la siesta anotó dos goles para tranquilidad de su equipo.
Sí el cabezazo que colocó por arriba del arquero Molina, aprovechando una salida en falso de Nicolás Castro, había sido un balde de agua fría para la gente local, el remate cruzado, luego de eludir al guardameta jachallero que juega para los iglesianos, sacando rédito de una pifia de Castro, fue un golpe lapidario.
Estar dos goles abajo tan temprano no estaba en los planes de los dueños de casa, que, heridos en su orgullo salieron a buscar el descuento, por momentos dejando muchos espacios atrás. El dominio de los locales se hizo continuo. Inclinaron la cancha con la habilidad de Miltón Ramos, la calidad de Javier Cuello y la dinámica de Raúl Ramírez, su dominio no se tradujo en goles porque se encontraron con un muro en el arco de Sport Argentino. Con sus reflejos Juan Avila comenzó a sacar lo que le tiraban. Los pelotazos cruzados eran un martirio para el fondo albardonero, pero entre la falta de puntería de Pablo Marín y las acertadas intervenciones del guardameta visitante la victoria se mantenía.
El gol de tiro libre de Cuello a los 27 minutos, colgando con maestría la pelota del ángulo derecho de Avila, inflamó de esperanzas a los 1.500 iglesianos que alentaban al verdinegro.
De ahí al final del primer tiempo todo fue del local que dominaba pelota y campo, pero que no pudo con Avila, quien a los 39 sacó un remate a quemarropa de Caballero. Sobre los 41 minutos le tapó en dos tiempos un tiro de Ramírez y dos minutos después tapó un cabezazo de Soto.
Al descanso se fueron con la sensación que San Martín estaba más cerca de la igualdad que Sport Argentino del tercero, sin embargo, por aquello de que el fútbol se valora en juego pero se mide en goles, la victoria final fue para los visitantes quienes, luego de iniciar el segundo período defendiéndose de los embates locales, encontraron el golpe de nocaut en otro pelotazo frontal y largo que complicó a la defensa dueña de casa y que Oro, en su tarde soñada, aprovechó con una volea que entró por el ángulo izquierdo del arco donde Molina no pudo ejercer defensa alguna.
Sin Cuello, que fue reemplazado a los 8 minutos y sin Ramírez, que dejó su lugar a un compañero sobre los 21, San Martín fue un cúmulo de voluntades sin ideas que chocó una y otra vez ante la expeditiva defensa de Sport, la que descansaba en las seguras manos de su arquero.
Oro, que estuvo en su tarde, tuvo opciones para aumentar a los 37 con un tiro libre recto desde 23 metros que se estrelló en el travesaño y cuyo rebote le cayó nuevamente al pelirrojo ariete del conjunto albardonero, que cabeceó débil.
Ganó Sport y es justo campeón porque tuvo un par de titanes en Oro y Avila y porque puso en la cancha la mística de equipo grande acostumbrado a jugar finales. Sabía que en estos partidos cualquier error se paga caro y no perdonó las desconcentraciones del conjunto local.