Si ofrecieran una recompensa por Ramón ‘Perico’ Pérez, le vendría justo el cartel ‘buscado vivo o muerto’. Vivo, porque legalmente está prófugo y es el único que falta apresar por el asalto del 2 de mayo pasado en el campamento de Cartellone en Jáchal que terminó con el crimen del sereno Daniel Buffa y otro obrero herido. Y muerto, porque a más de 5 meses del sangriento robo se perdió todo rastro de él y existe la seria presunción que este camionero fue asesinado y desaparecido para silenciarlo. La sospecha surge a partir de las escuchas telefónicas realizadas por la Policía local al presunto cabecilla de la banda, quien en dos conversaciones que mantuvo mientras permanecía prófugo, afirmó: ‘me lo comí’ o ‘ya fue’, en referencia a ‘Perico’ Pérez, según datos del expediente.

Hoy no quedan dudas que el asalto fue ejecutado por una banda local para llevarse, tal como ocurrió, un camión Fiat Iveco con una máquina cargadora, otro camión Ford, una ambulancia y herramientas con el fin de venderlos en otra provincia. Las presuntas caras visibles de ese atraco son el ahora desaparecido Ramón Saturnino ‘Perico’ Pérez (62), que habría actuado de entregador (trabajó en Cartellone), y Roberto Adrián Ortíz (38), al que sindican como jefe del grupo y pirata del asfalto.

La trama

El juez de Jáchal, Pablo Oritja, y los policías de Homicidios reunieron testimonios, reconocimientos, filmaciones y hasta escuchas telefónicas que permitieron detener a Carlos Javier Echenique (40), Juan Domingo Fernández (39), Yanina Valeria Miras (34) y el concubino de ésta, Roberto Ortíz, todos actualmente procesados por homicidio agravado, tentativa de homicidio y robo agravado.

Fue Echenique en el que se quebró y confesó que Pérez, Fernández, Ortíz y él fueron al campamento en un Chevrolet Astra (propiedad de Miras). También declaró que Pérez le dijo que Daniel Buffa y Sergio Díaz lo reconocieron y por eso Ortíz les disparó a matar. Buffa murió de un tiro en la cabeza y Díaz recibió tres disparos, pero sobrevivió. Contó además que Fernández tomó otro rumbo en la ambulancia, mientras que ellos partieron en los camiones y el auto hacia San Luis, pero que después los abandonaron cuando la mujer de Ortíz avisó que estaban rastreando los vehículos por GPS y entonces fugaron a Buenos Aires.

Destino incierto

Se sabe que Echenique, Ortíz y Pérez estuvieron el 3 y 4 de mayo en un hotel de Lanús. Echenique declaró que después partió a Córdoba y Pérez se quedó con Ortíz. A partir de ahí se desconoce la suerte del ‘Perico’, quien era un brasa caliente para la banda ya que había sido reconocido por las víctimas. En la Policía creen que lo mataron para silenciarlo. Y es que, a través de las escuchas telefónicas, oyeron a Ortíz decir que lo mató. En conversaciones con otras personas, Ortíz no sólo se autoincrimina en el asalto, también dice: ‘hice cag… a uno, otro quedó ahí vivo y uno que quedó acá conmigo. Bueno, tomó también para el otro lado …chau… me lo comí’. En otra charla comenta que hay dos prófugos (por él y Pérez) y agrega: ‘uno no existe. Ya fue, no queda nada’, según la causa.