Buenos Aires, 25 de marzo.- El dueño de un local de indumentaria decidió cerrar su negocio tras sufrir tres robos en ocho meses. Increíblemente, días después del último incidente, una persona vino a devolver las prendas sustraídas porque el talle no le andaba.

"Cada vez fueron más agresivos y tomamos la determinación de cerrar el local", dijo Daniel, dueño del local en Quilmes.

Apuntó que en la última ocasión los delincuentes fueron especialmente agresivos y golpearon al personal.

Tras el último robo, el hombre relató que una persona se acercó al negocio a cambiar algunas de las prendas que habían sido tomadas durante el asalto sufrido.

Según explicó a la radio local FMQ que el ladrón había "robado mal", ya que se había equivocado el talle de las prendas que se llevó.