Jáchal tiene el grave problema de una fuerte despoblación primero y de un lento decrecimiento de la misma hasta el día de hoy. A continuación se muestran las cifras que corroboran lo mencionado: Población de Jáchal, de San Juan y porcentaje de la población del departamento norteño comparada con la de San Juan: Año 1869, Jáchal 12.090 – San Juan 60.319 (20 %). Año 1991, Jáchal 19.950 – San Juan 529.651 (3,7 %). Año 2001, Jáchal 21.018 – San Juan 620.023 (3,5 %). Año 2010, Jáchal 21.730 – San Juan 681.085 (3 por ciento).

Esto muestra que año tras año Jáchal va muriendo poco a poco; la juventud emigra, pues no tiene futuro en una sociedad que en lugar de crecer, decrece. Esto no solo se nota en su capital (las cifras indicadas corresponden a todo el departamento), sino más aún en sus regiones tales como Huaco, Mogna, Tucunuco, etc.

El problema de Jáchal no es la minería, ojalá lo fuera, porque las compañías rápidamente lo solucionarían, lo menos que quieren las compañías mineras son problemas con la comunidad. El verdadero problema es su río, totalmente contaminado.

La población de Jáchal, no toma agua de su río, sino de unas perforaciones ubicadas en La zona de Pampa del Chañar, a unos 20 km al norte y conducida hasta Jáchal por un acueducto.

Otro tanto ocurre con la población de Huaco, que no toma agua de su río, pues el río Jáchal lo contamina a la salida de su embalse, por ello se tomó la decisión de hacer una perforación aguas abajo de la hostería de Agua Hedionda, y llevar desde allí agua potable a la comunidad de Huaco.

El río Jáchal en su desembocadura arrastra elementos muy nocivos para el ser humano, como prácticamente a la totalidad de las plantas, pues contiene en solución muy elevadas cantidades de Cloruro de Sodio (sal común), arsénico, boro y otros elementos menores.

Todo indica que la contaminación la produce el río Salado que tiene sus nacientes próximos a la provincia de Catamarca. El río Salado desemboca en el río Blanco contaminándolo con altas concentraciones de elementos nocivos, a su vez el Blanco se une al río de la Palca, este último con aguas de óptimas condiciones para consumo humano, animal y cultivos. Ahí en la confluencia de estos ríos, el Blanco y el de la Palca se produce la contaminación que luego recibe el río Jáchal.

Entonces ¿cuál es la solución?, desviar cualquiera de los afluentes del río Salado o el río Salado o el mismo río Blanco con obras hidráulicas hacia lugares de tierras infértiles, mediante canales, entubamientos etc. con la tecnología actual todo es posible. Si se eliminase por ejemplo el río Blanco, el caudal del río Jáchal disminuiría aproximadamente en promedio un 10% según la época, pero Jáchal y sus distritos pasarían a ser paraísos verdes. Sus economías crecerían, aparecerían nuevos cultivos, nuevas industrias, pues su río progresivamente pasaría a ser apto para el consumo humano, animal, vegetal.

Entonces, todo el esfuerzo que se está haciendo en contra de la minería, con el slogan ‘Jáchal No Se Toca” ¿por qué no se vuelca, por ejemplo, a ‘Jáchal, un lugar encantador”? o algo similar.

Se le ha impuesto unas multas millonarias a una minera por un derrame de solución cianurada, no de cianuro, sino de una solución cianurada que no es lo mismo, cuyo efecto ha sido nulo para Jáchal. En lugar de usar ese dinero para reforzar los controles incluyendo gente de la organización ‘Jáchal No Se Toca”, se lo podría usar para completar los estudios y realización, aunque sea en una pequeña parte, de las obras para eliminar mediante desvíos, por ejemplo del río Salado o del Blanco. Es el Estado el que debe controlar a las mineras, para ello está Minería, Medio Ambiente, con sus propios recursos y si no les alcanzan, que pidan auxilio a la Nación. Si se desconoce el rol del Estado, se está dudando de la existencia misma de la Nación.

Por tanto no es conveniente seguir insistiendo contra la minería, lo único que se logra es espantar a las posibles inversiones en este rubro, que se asientan en otras provincias, cosa que actualmente ocurre.

Por todo lo expuesto es importante ver la realidad de Jáchal y su río y que se proyecte hacia un futuro para que los jóvenes vuelvan al lugar que los vio nacer y que otros jóvenes vayan a Jáchal a desarrollar sus ilusiones.