El Servicio Meteorológico Nacional (SMN) pronostica que para la novena edición del Cruce Sanmartiniano existen posibilidades concretas de que llueva la mayoría de los días en que dure la travesía. De esta manera, las 117 personas que serán parte de la expedición deberán llegar hasta el límite con Chile con un clima inestable y con precipitaciones durante varias horas del día. La conmemoración de la Gesta Sanmartiniana comienza pasado mañana y finaliza el 14.
Desde las oficinas de Mendoza del SMN, dijeron que la información que suministran sus estaciones meteorológicas indica que hasta pasado mañana se mantendrá el clima caluroso y con pocas probabilidades de lluvias. Pero que a partir de este día una corriente de aire proveniente del Océano Pacífico arrastrará una masa nubosa sobre la Cordillera de los Andes y esto aumentará las probabilidades de precipitaciones durante la expedición. Se prevé que prácticamente en toda la travesía que conmemora la liberación de los chilenos de la ocupación de los españoles, la lluvia esté presente a partir de la tarde-noche de cada jornada. Justamente a esa hora es cuando la temperatura en la cordillera comienza a descender considerablemente, característica principal de la cadena montañosa.
Y si bien hasta ahora existen sólo pronósticos de lo que sucederá en esta edición, los expedicionarios que más veces la hicieron comenzaron a aconsejar a los novatos que lleven mucho abrigo.
Si se concreta la previsión del Servicio Meteorológico Nacional, la novena edición será la cuarta que se realice con condiciones climatológicas desfavorables.
En el 2005, la primera edición que realizó el Gobierno, llovió en gran parte de la expedición, sobre todo en las zonas más complicadas del camino del Cruce Sanmartiniano. Incluso se pensó abortar la travesía cuando restaba un día para llegar al límite y reunirse con los chilenos, pero se decidió continuar y todos los expedicionarios llegaron hasta el final. En esta edición, por ser la primera, la logística no estaba tan bien aceitada como sí sucedió en las ediciones posteriores de la travesía.
El 2009 fue otro de los años en que las condiciones climáticas se complicaron. En esa oportunidad no sólo llovió, sino que también nevó en plena Cordillera de los Andes. De igual manera las condiciones no eran peligrosas y por eso la travesía se pudo finalizar con todos los participantes llegando bien al final, luego de una semana de cabalgata por los escabrosos caminos del cordón montañoso.
En el 2011 también llovió y nevó, e incluso en esta oportunidad hubo un temporal que complicó y mucho a los expedicionarios. Los que más sufrieron fueron los inexpertos que debieron resistir estas condiciones arriba del caballo o mula. Los más expertos señalan la edición de 2011 como la más dura de todas las que se han hecho hasta ahora.