Según comentábamos en un artículo anterior, en las primeras grabaciones del Zorzal Criollo del periodo 1912 -1920 se observa un neto predominio de piezas propias de nuestro cancionero criollo: gatos, vidalas, zambas, cuecas, cifras y estilos, quedando el tango relegado a una o dos grabaciones por año. Lo que podríamos llamar, con espíritu futbolista, el puntapié inicial de la extraordinaria carrera artística de Gardel como máximo exponente de nuestra música ciudadana, fue el conocido tango "Mi noche triste”, de Pascual Contursi y Samuel Castriota, una pieza musical que llamó la atención del Zorzal y lo animó a incluirlo en su repertorio pese a la oposición de Razzano y otros integrantes de su grupo íntimo, que insistían con las expresiones gauchescas.

La historia de "Mi noche triste” merece ser comentada, más allá del hecho sin dudas muy significativo de ser el primer tango grabado por Gardel, el único junto a otros 20 temas folklóricos registrados en el mismo año. Lo curioso es que esta pieza musical hoy tan famosa como exponente del tango argentino, fue conocida primero en un cabaret de Montevideo, donde actuaba Contursi tocando la guitarra y recitando poemas de su autoría.

Contursi era hijo de italianos que llegaron a nuestro país en una de las grandes oleadas inmigratorias alrededor de 1880, instalándose como tantos otros connacionales en el campo para dedicarse a tareas agrícolas. En 1888 nació Pascual y toda la familia decidió trasladarse a Buenos Aires, dedicándose el futuro poeta al comercio vendiendo zapatos y llegando incluso instalar su propio negocio. No obstante, su verdadera vocación era la música y con 22 años de edad cruzó el río y se instaló en Montevideo para ganarse la vida con su guitarra. En uno de sus viajes a Buenos Aires para visitar su familia tomó contacto con Samuel Castriota, quien había escrito una melodía en tiempo de tango llamada "Lita”, que se adaptaba muy bien a unos versos que venía preparando Contursi para recitar durante sus actuaciones en la vecina orilla.

En esa misma época Gardel y Razzano se enfrentaban con la necesidad de renovar su repertorio ya que comenzaban a interesar a una empresa grabadora y dio la casualidad de que encontraran en Montevideo este tema musical casi inédito, aportado por Contursi, quien ya era bien conocido en el ambiente musical. En realidad se trataba casi de una verdadera "patriada”, ya que el público estaba acostumbrado a escuchar folklore por parte del dúo Gardel – Razzano, a lo que se agregaba la condición de ser el tango más propio del ambiente de los arrabales en ambas capitales del Plata. Sumado a ello, la letra en lunfardo de los versos de Contursi ("percanta que me amuraste….”) se suponía que iba a resultar difícil de ser asimilada por el gran público ciudadano.

Pese a todo, Gardel se entusiasmó con el tango, al que le habían cambiado el título pasando de "Lita” a ser "’Mi noche triste”, pero ante cierto temor planteado por Razzano decidieron primero probar suerte en círculos más selectos antes de lanzar el tema al gran público. Resultó un éxito que si bien no llegó a ser impresionante, desde el mismo momento de su presentación recibió la aprobación general y así contribuyó a que fuese el primer tango incorporado al repertorio del Zorzal, quien lo llevó al disco en julio de 1917.

Pese al éxito logrado, que si bien no fue espectacular contó con el beneplácito de todo el público, el dúo continuó con su repertorio habitual de vidalas, zambas y estilos, en vista de la marcada preferencia de Razzano por estas expresiones camperas que lo llevaron a nunca cantar un tango. Esta situación creó las bases para la cercana separación del dúo, lo que finalmente se produjo en Rafaela (Santa Fe) cuando un problema de garganta contribuyó para que Razzano diera por terminada su actuación musical y Carlos siguiera como solista para alcanzar las cumbres que conocemos.

En vista de la aceptación moderada del gran público que asistía a los espectáculos musicales, Gardel decidió seguir incorporando tangos en su repertorio en forma gradual, grabando "Flor de fango” en 1918, "De vuelta al bulín” en 1919, para poco a poco llegar a casi la mitad de su repertorio en 1920 con 20 tangos sobre 44 piezas registradas. Y a partir de entonces volcarse en forma decidida hacia nuestro ritmo ciudadano con el cual nos identifican en todo el mundo.