En lo que va del mes de enero los sanjuaninos cargaron un 35% menos de combustible en promedio, en comparación con el mismo mes de 2023. Esto no sólo implica que hay una fuerte reducción en la movilidad local, sino que también pone en una situación difícil a los estacioneros, según el presidente de la Cámara de Expendedores de Combustible, Miguel Caruso. Por eso decidieron intentar recuperar parte de este consumo perdido con promociones, descuentos y otros beneficios. En cuanto a bajar el precio, desde el sector aseguran que dependerá de los formadores de precios, pero que ven poco probable que suceda y anticipan otra posible suba a fin de mes.
La caída en la compra de nafta y diesel empezó tras las subas que se dieron en el último mes, que fueron del 70%. Con el encarecimiento del producto, los usuarios de vehículos empezaron a bajar cada vez más el volumen que cargaba, hasta alcanzar una baja del 35% en promedio entre las estaciones de servicio de toda la provincia, con zonas urbanas como las más afectadas. Esta reducción es además con respecto al mismo mes del año pasado, que es uno de los más bajos en general. Esta vez, dijo el empresario, está relacionado tanto a que hay menos personas viajando porque no se irán de vacaciones, pero también a que los usuarios de vehículos tratan de usarlos menos para las tareas diarias. En algunas zonas, contó Caruso, cargan apenas lo que van a utilizar ese día, unos pocos litros. ‘En las motos, por ejemplo, se ve mucho que quienes las usan para trabajar compran lo justo y si al día siguiente no tienen que salir, no vuelven a cargar. Nadie está guardando combustible’, contó.
Otro cambio en el consumo es que, quienes pueden, en lugar de comprar combustible premium se pasan a uno común. La excepción es quienes tienen vehículos diesel que sí o sí tienen que cargar la versión más cara, a riesgo de que se les dañe la mecánica. Caruso dijo que no pueden calcular todavía por separado este cambio porque hay una amplia mayoría de usuarios de nafta o gasoil común, cerca de un 85% a 15%.
El empresario explicó que, a excepción de una estación de servicio que bajó un 2% sus precios, no hubo otra reducción de lo que vale el litro, ya que esta decisión depende exclusivamente de las distribuidoras. Al contrario, anticipan que puede haber otra suba a fin de mes, ya que el 31 de enero se vence el plazo del impuesto interno y si el gobierno nacional decide subirlo, esto impactará directamente en el precio.
Como medidas para recuperar el consumo que disminuyó, cada una de las banderas activó promociones, beneficios, descuentos con tarjetas y hasta mejoras en el sistema de puntos. Las estaciones de servicio, además, optaron por adelantar las vacaciones de trabajadores, algo que según Caruso los mismos empleados pedían por la reducción que tienen en la demanda. Esto les permitirá algunos meses de funcionamiento sin que haya riesgo de cierre de estaciones de servicio o despidos de personal, explicó. ‘Esperamos que, en marzo, con la vuelta al trabajo normal y la escuela repunten estos números, también cuando se acomoden los sueldos’, anticipó. De continuar, ven un panorama complejo, ya que el sector no podría soportar una caída como esta mucho tiempo más y definen el escenario como crítico.
El mayor riesgo es para las estaciones de servicio que están en el Gran San Juan, donde más cayó el consumo. En las áreas rurales, han visto una reactivación debido a la cosecha, que está movilizando camiones y camionetas, lo que mantiene un movimiento.
Precio récord
118 por ciento aumentó el combustible desde noviembre a la actualidad, en tres subas escalonadas.
¿Subas pendientes?
Las refinerías todavía acusan que el precio del combustible se encuentra atrasado, por lo que piden otra suba más del 20% en promedio. Además, aumentaría el impuesto interno que también se traslada a los surtidores.
Imperceptible
2 por ciento bajaron sus precios algunas banderas como Shell o Axion en Buenos Aires, para igualar el precio de YPF.