Con un embalaje corto pero contundente, Elías Pereyra (SEP) se quedó con la primera etapa de la 27ma Vuelta a La Bebida. El ciclista pampeano que el mes pasado ganó la Vuelta al Valle de Río Negro, superó en un embalaje entre cuatro fugados a Nicolás Tivani (Municipalidad de Pocito), Franco Luna (Forjar Salud/M.Rawson) y Franco López (Agrupación Virgen de Fátima). El cuarteto completó el recorrido de 123,6 kilómetros en un tiempo de 2h51m11s., aventajando por 16 segundos a un pelotón de una treintena de ciclistas que descontaron en el último, de los cinco circuitos, casi 2 minutos.
Tal cual ocurrió la semana pasada en Iglesia, el capítulo de apertura que une los dos distritos de Rivadavia, el viento se coló en la fiesta ciclista y castigó con una brisa no tan fuerte, pero si constante, a los competidores.
La carrera que visitó el Parque Faunístico y el Jardín de los Poetas, tuvo en Nicolás Tivani a un protagonista excluyente. El joven corredor pocitano (19 años) se escapó cuando promediaba el segundo giro y generó un desparramo en el pelotón. Pegó el palo cuando más dolía, encarando el falso plano de Avenida Libertador, rumbo a la entrada de la quebrada rugiente de Zonda.
Con el ganador de la Doble Chepes escapado, se activaron los mecanismos de defensa del resto y un grupo de tres hombres se desprendieron para buscarlo. Elías Pereyra, Franco López y Franco Luna.
Ese momento de carrera fue crucial porque marcó el destino de la primera etapa.
Tivani no cejó en su intento de ponerle la cara al viento en soledad, pero fue alcanzado por el trío perseguidor. Y, como había un hombre de cada equipo, menos de Mardan, fueron los naranjas quienes tuvieron que asumir el peso de la carrera tirando de un pelotón cada vez más disgregado, por las pinchaduras, algunas rodadas y el lógico desgaste que producía el esfuerzo desorganizado con el viento pegando, por momentos, de frente o de costado.
La distancia entre los cuatro primeros y el resto de estiraba paulatinamente hasta llegar a 1m16s, cuando se cumplía el segundo circuito, de casi 25 kilómetros. El trabajo coordinado de los cuatro líderes sumado a la pasividad que inyectaban al pelotón sus compañeros, motivó que se entrara al último giro con 2m12s de ventaja. Una eternidad, que concentraba la lucha de hoy -en sus dos tramos, el de crono y el de pelotón- entre esos cuatro audaces que no tuvieron problemas en dividir sus esfuerzos buscando la victoria.
En el medio hubo dos pasadas bonificadas que se repartieron Pereyra y Tivani, alternando los dos puestos que otorgaban 3 y 2 segundos, respectivamente.
La especulación de los de arriba regulando energías para utilizarlas en el esfuerzo supremo por las bonificaciones para los primeros tres lugares de podio en la etapa. Y la necesidad de varios contrarrelojistas en achicar distancias para no quedar fuera de la lucha por la general motivó un acercamiento que deja abierta la chance para aquellos que ruedan bien en solitario.
El final de la etapa generó mucha expectativa entre los aficionados, porque Nicolás Tivani atacó, pasando la zona de los boliches en Marquesado y sus tres rivales directos lo conectaron pasando frente al hospital neuropsiquiátrico. Con los cuatro juntos, sólo restaba saber quién se calzaría la malla líder. Allí pesó el oficio de Pereyra.