‘Para que ningún obstáculo se interponga entre la petición de reconciliación y el perdón de Dios, de ahora en adelante concedo a todos los sacerdotes, en razón de su ministerio, la facultad de absolver a quienes hayan procurado el pecado de aborto”, expresó el papa Francisco en el documento de conclusión del Jubileo extraordinario que se acaba de cerrar. La decisión del Papa, que figura en la carta apostólica ‘Misericordia et Misera‘ divulgada ayer por la Santa Sede, causó sorpresa en ciertos sectores de la comunidad católica del mundo, pero en San Juan los curas locales ya concedían esta absolución desde el año 2000 y por decisión de monseñor Alfonso Delgado. Por eso, en la Diócesis local no fue novedoso el anuncio de Francisco y entendieron que el Papa buscó generalizar un concepto hacia todos los rincones de la Iglesia Católica en el mundo, una especie de uniformidad de criterio que en Argentina y América Latina ya estaba consolidado entre sacerdotes y obispos desde hace varios años.
“Con la misma fuerza, sin embargo, puedo y debo afirmar que no existe ningún pecado que la misericordia de Dios no pueda alcanzar y destruir, allí donde encuentra un corazón arrepentido que pide reconciliarse con el Padre. Por tanto, que cada sacerdote sea guía, apoyo y alivio a la hora de acompañar a los penitentes en este camino”.
“Los obispos siempre tuvimos la facultad de habilitar a algunos sacerdotes para que puedan perdonar el pecado del aborto si era necesario. Pero en base a mi experiencia pastoral, cuando llegué a San Juan permití que todos los sacerdotes pudieran absolverlo. Por eso, no es novedad en la Iglesia sanjuanina. Lo que el papa Francisco ha hecho ahora es generalizar esta facultad a todos los sacerdotes y entiendo que lo hizo en función de la experiencia que dejó el Año Santo”, expresó monseñor Delgado, quien está al frente del Arzobispado de San Juan desde el 2000, por lo que esa fue una de las primeras medidas que tomó a poco de asumir en el cargo.
“Cuanto había concedido de modo limitado para el período jubilar (la facultad de absolver a quienes hayan procurado el pecado de aborto), lo extiendo ahora en el tiempo, no obstante cualquier cosa en contrario. Quiero enfatizar con todas mis fuerzas que el aborto es un pecado grave, porque pone fin a una vida humana inocente”.
Hasta entonces, según recordó el sacerdote José Juan García, los curas cuando se encontraban ante un pedido de indulgencia de este tipo debían pedirle a los obispos que les dieran la potestad para poder hacerlo. “Y muchos años antes, hace más de cinco décadas, el proceso incluía hasta la intervención de un sacerdote delegado en la Catedral, que estaba exclusivamente para trabajar en estos temas. Incluso, aún anterior a esto, se hacía intervenir a la Santa Sede. Desde el 2000 que en San Juan ya no hay una dependencia al favor del obispo, por ende no es nuevo para nosotros. Lo que hizo el Papa fue abrirlo a todo los sacerdotes, que somos más de 400.000 en el mundo”, señaló García.
SIN AVAL
La posibilidad de absolver del pecado del aborto no es un aval a la práctica, aclararon desde la Iglesia católica sanjuanina. “El Papa ha enfatizado que el aborto es un pecado grave porque pone fin a una vida inocente y no se trata sólo de involucrar a la mujer, sino también a los profesionales de la salud, a las familias o parejas que lo impulsan. Lo que sucede, y tal como lo afirma Francisco, es que no existe ningún pecado que la misericordia de Dios no pueda alcanzar si hay arrepentimiento”, aclaró Delgado.
Según indicaron otros sacerdotes consultados, el pedido de perdón frente al aborto se genera por la carga de culpabilidad, que incluso se arrastra durante años en algunos casos. Es más, hay personas que confiesan recurrentemente el pecado pese a haber obtenido la indulgencia la primera vez, informaron. “Cuando se toma conciencia de lo cometido se produce un dolor muy grande.
Hay personas que confiesan 10 a 15 veces lo mismo, porque quedan con tanta culpa que necesitan hacerlo. Y ahí es donde aparece la figura del sacerdote para escuchar, para respetar, para acompañar y perdonar en nombre de Dios”, dijo el sacerdote Rómulo Cámpora.
Repercusiones
Daniel Sebastian / Sacerdote
“Una persona que llega al confesionario, con todo ese proceso interno, no podía esperar un protocolo para obtener la indulgencia, por eso acá se aplica desde hace años. La posibilidad de dar indulgencia no justifica el aborto, no hay que confundir”.
Miryam Andújar / Abogada
“El llamado al perdón no quita la gravedad del hecho, considerado un crimen abominable por Juan Pablo II. Hay que entenderlo en el contexto de la misericordia y el arrepentimiento, por eso apoyo este perdón pese a ser defensora de la vida por nacer”.
Daniela Vargas/ Grávida
“Apoyamos el anuncio del Papa porque las mujeres abortan en circunstancias dolorosas y generalmente es un trauma que las acompaña toda la vida. El aborto es un pecado que ninguna mujer hace por placer, de ahí que el perdón no avala la práctica”.
Perla Werner / Mov. Mujeres Sanj.
“El anuncio del Papa es una forma de reconocer una problemática social, es un acto de sensibilidad y comprensión social de una situación aún no atendida como se debe por el Estado, con legislaciones sobre salud sexual que están frenadas”.