María Silvia Martín
Silvia relata, ‘Sin lugar a dudas los roles de la mujer a lo largo del tiempo han ido cambiando y lo que en principios del siglo pasado era un lugar destacado para ella en la sociedad, hoy resulta algo absolutamente intranscendente. Así por ejemplo, ser la esposa ‘de’ era algo que marcaba tu status social, y no había ninguna otra razón más que esa para poder pertenecer o para ser alguien en la comunidad. De hecho las mujeres firmaban con su nombre y apellido e indefectiblemente venia el ‘de’ su marido para que pudieras identificar quien era. Hoy ninguna mujer se expresa como propiedad de alguien. Otro ejemplo claro es el de rol de Ama de Casa que estaba absolutamente señalado para las mujeres y a nadie se la iba a ocurrir jamás cuestionarlo. La mujer que llegaba a ser una profesional y accedía a estudios universitarios, sin lugar a dudas, se convertía en una excepción y esa decisión la haría transitar por un camino espinoso para lograr su objetivo. Los cánones de la época hacían que mucha gente la marcara como ‘suelta de cascos’ por ir a estudiar a otra provincia, y por estar sola en medio de un mundo de hombres. Es un error para mi anticipar que todo tiempo pasado fue mejor o peor o que en la actualidad las cosas cambiaron para bien. Sencillamente cada comunidad impone rótulos , usos y costumbres que son aceptados mayoritariamente y que la dinámica de la sociedad se ocupa también de cambiar. Estoy convencida que el cupo femenino en la política fue necesario hace 20 años para obligar a los hombres a incluir a la mujer; aunque sea por la fuerza en una lista de candidatos. El paso del tiempo ha ido demostrando que esa legislación quedó vetusta porque una cuestión de género no garantiza capacidad. La velocidad de ese cambio dependerá de cuán importante resulte que una lista de candidatos sea conformada por gente capaz. Los ejemplos que precedí muestran como las comunidades en su conjunto, permitieron los cambios y eso es lo que vale la pena rescatar. ‘La mujer no es más ni menos que nadie y sola no podrá jamás lograr nada que emprenda’. Su éxito o fracaso dependerán de sus propios talentos y también de la acción conjunta que determinen otros factores como la familia, el vínculo con los hombres, las relaciones sociales, sus conocimientos y el valor que el desarrollo de su comunidad le otorgue. Toda esa red deberá funcionar con engranajes aceitados para que la MUJER nunca sea excluida por el mero hecho de serlo.
Las mujeres de hoy se desenvuelven y se desarrollan en un medio que estimula la persecución de nuevas metas, por lo cual, muchas veces se debaten entre la procreación y la administración del hogar y la necesidad de crecimiento personal. Pero hay una cuestión que a la luz de los hechos, demuestra cómo no hemos logrado hacer un cambio cultural respecto del RESPETO que merece la mujer. Se avanzó notablemente en la sanción de leyes que castigan la violencia contra ella, pero eso también demuestra que fueron necesarias normas conminativas que solo se pueden aplicar en el último estadío de la violencia. Eso no significa que no haya muchas mujeres que vivan sometidas.
‘La violencia contra la mujer es un grave problema que no tiene que ver con un rango social. Las mujeres golpeadas, violadas, sometidas, humilladas, burladas y víctimas de todo tipo de agresión psicológica son más que una estadística porque cuando los casos llegan a cuantificarse es porque transitaron todo el camino de la violencia’.
La mujer hoy tiene el gran desafío de consolidar sus conquistas y para ello debe tener la plena convicción de que es un ser único y su primer rol es ese: ser MUJER, sin mensajes feministas que busquen conflictos; porque brindar un mensaje de barricada contra el hombre lo único que construye es más violencia. Lograrlo nos dejará una verdadera muestra de nuestra esencia y habrá contribuido para que esa materia pendiente pueda tal vez un día escribirse las páginas del olvido’.
‘Considero que la mujer de hoy definitivamente vive mejor que hace algunas décadas. Elige lo que quiere estudiar , se inserta rápidamente en el mundo laboral, es estimulada a alcanzar nuevas metas, ocupa puestos de poder, es reconocida por su talento. Y, aunque a veces es presionada para adoptar características masculinas para abrirse paso en el mundo del trabajo, se esfuerza por mantener a flor de piel su condición femenina.
Quizás la clave esté en generar condiciones más flexibles que consideren los múltiples roles que la mujer cumple simultáneamente cuando decide salir a buscar su sostén económico.
Veo a una mujer que disfruta trabajar fuera de casa para sentirse realizada en lo personal y también porque entiende que ese es su aporte a la sociedad moderna. Pero al mismo tiempo, enfrenta un desafío permanente, ‘lograr ese equilibrio entre sus responsabilidades dentro del hogar y el mundo del trabajo’. Aunque parezca trillado , es el tema en que se debate entre culpas e ideales . Afortunadamente, en la mayoría de los casos, lo consigue. La mujer es madre, esposa, administradora de su casa y profesional trabajadora. Aunque muchas veces se cuestiona la cantidad de tiempo que la mujer madre dedica a sus hijos cuando tiene obligaciones horarias por su trabajo fuera de casa, creo que la clave radica en su capacidad de dotar de calidad a ese tiempo. Y, es una buena manera de mostrar a sus hijos, a través del ejemplo el valor del esfuerzo y la responsabilidad, y la satisfacción de la realización personal.
Siento que transitamos un tiempo de mujeres protagonistas , que de ningún modo deberíamos competir con los hombres por un lugar o un espacio; por el contrario, estamos llamadas a entender que es hora de compartir el camino, de estar uno al lado del otro, de potenciar cualidades y multiplicar las aptitudes. Creo que estamos ante la gran oportunidad de trabajar en equipo, sin mezquindades, ni egoísmos. Estoy convencida que somos capaces de lograrlo’.
Marcela Podda
‘Considero que la mujer de hoy definitivamente vive mejor que hace algunas décadas. Elige lo que quiere estudiar , se inserta rápidamente en el mundo laboral, es estimulada a alcanzar nuevas metas, ocupa puestos de poder, es reconocida por su talento. Y, aunque a veces es presionada para adoptar características masculinas para abrirse paso en el mundo del trabajo, se esfuerza por mantener a flor de piel su condición femenina.
Quizás la clave esté en generar condiciones más flexibles que consideren los múltiples roles que la mujer cumple simultáneamente cuando decide salir a buscar su sostén económico.
Veo a una mujer que disfruta trabajar fuera de casa para sentirse realizada en lo personal y también porque entiende que ese es su aporte a la sociedad moderna. Pero al mismo tiempo, enfrenta un desafío permanente, ‘lograr ese equilibrio entre sus responsabilidades dentro del hogar y el mundo del trabajo’. Aunque parezca trillado , es el tema en que se debate entre culpas e ideales .
Afortunadamente, en la mayoría de los casos, lo consigue. La mujer es madre, esposa, administradora de su casa y profesional trabajadora. Aunque muchas veces se cuestiona la cantidad de tiempo que la mujer madre dedica a sus hijos cuando tiene obligaciones horarias por su trabajo fuera de casa, creo que la clave radica en su capacidad de dotar de calidad a ese tiempo. Y, es una buena manera de mostrar a sus hijos, a través del ejemplo el valor del esfuerzo y la responsabilidad, y la satisfacción de la realización personal.
Siento que transitamos un tiempo de mujeres protagonistas , que de ningún modo deberíamos competir con los hombres por un lugar o un espacio; por el contrario, estamos llamadas a entender que es hora de compartir el camino, de estar uno al lado del otro, de potenciar cualidades y multiplicar las aptitudes. Creo que estamos ante la gran oportunidad de trabajar en equipo, sin mezquindades, ni egoísmos. Estoy convencida que somos capaces de lograrlo’.
Marisa Gil
La mujer según Marisa, ‘Es una de las mayores evoluciones y revoluciones en el mundo, ella es la hacedora. Sin duda las grandes luchas de la humanidad se gestaron con esfuerzo y con sangre, pero la silenciosa tarea del genero femenino por lograr la igualdad de todos los seres humanos, es uno de sus mayores logros. Ese derecho de igualdad tan necesario y merecido llego con muchas ventajas de las que antes no gozábamos . Por eso aunque sea lamentablemente, un día trágico en el que conmemoramos esa lucha por los derechos humanos de la mujer, me parece propicio para celebrar también la condición que nos hace únicas y especiales. El solo hecho de contar con la bendición de poder gestar vida en el vientre, de ser elegidas por la naturaleza para estar siempre con los sentimientos a flor de piel y al servicio de todos los seres queridos, de construir, administrar, planificar, pasar horas sin dormir respondiendo a ese instinto, ese sexto sentido que nos acompaña, y mucho más, es un motivo de celebración a esa hermosa diferencia que nos hace Mujeres. Debemos sentirnos orgullosas de ser especiales. Por tal razón hay actividades y cosas que podemos hacer porque no nos falta capacidad y no es necesario demostrarlo; y otras que cosas que debemos hacer por tener el privilegio en la vida,de haber sido elegidas para esa misión. Feliz de ser mujer comparto en este día especial, con las grandes mujeres que hicieron historia en este camino y con todas las que en silencio y diariamente enaltecen al genero con su belleza su dulzura y su generosidad’. Feliz día para todas las mujeres!!!!!
Carolina Muñoz
Carolina considera que ‘La mujer pudo crecer a medida que fue venciendo sus propios prejuicios. Desde mi lugar como periodista, puedo percibir de qué manera las mujeres han podido desarrollarse en distintos ámbitos, aún sabiendo que los moldes sociales pesan. Y, desde mi rol en la Comisión de Reinas, veo con agrado la capacidad de mujeres muy jóvenes que se han permitido ver más allá, que desde muy chicas tienen un legado que parece marcar sus vidas pero, que en algún punto buscan transformar. Hoy la mujer tiene un espacio ganado, pero queda mucho camino por recorrer, encontrar el lugar correcto y no impuesto, buscar el desarrollo personal y no social, sólo así la mujer completará el proceso que comenzó hace décadas. Desde muy chicas, las mujeres son objeto de maltrato y violencia, es ahí donde debemos poner atención. Sólo así la igualdad podrá lograrse, entendiendo que la defensa de los derechos no pasa por buscar un lugar de equidad laboral o profesional, sino de crianza, contención, educación y elección, porque sólo así la libertad será plena.
Siento que estamos viviendo en una sociedad que lentamente comienza a entender a la mujer, porque la mujer se dio cuenta de la importancia de defenderse a sí misma’.
Mariana Pallarez Figueroa
Mariam, ‘Bien podría citar a Lola Mora, Marta Minujin, Gabriela Mistral, Alicia Moreau de Justo o Eva Duarte de Perón, pero yo fui criada por una dama hermosa de pelo corto, correctísima y austera, si hablo de mujer quiero hablar de una que conozca y no por un libro. Habré tenido 8 años cuando la vi llorando sola y en silencio en la cocina, le pregunte,¿ que le pasaba? y me respondió: ‘A veces es necesario llorar, uno se limpia y al rato sonríe’ esa noche nos invito con mis hermanas a jugar a las escondiditas y fue la carcajada más linda que recuerdo de mis hermanas y Mamá. Eso mismo es la mujer un animal de emociones un torbellino de sensaciones un ser enteramente pasional, tenemos la poderosa facultad de manipular y de armonizar cualquier lugar donde estemos’.
Daniela Pinardi
Daniela dice, ‘La mujer ha sido protagonista de la historia desde que se tienen registros. La Revolución, tal vez mas grande que haya habido, nos ha tenido como grandes hacedoras, pues se infiere que fue precisamente la mujer, la que dio origen a la Revolución Neolítica; porque fueron las que tenían asignada la función de la recolección, y vieron que donde caían las semillas o los frutos de las ramas que arrastraban, mas tarde crecían retoños.
Soy una convencida de que, más allá de que hayamos sido invisibilizadas, hemos tenido un papel importante en la construcción de la historia al lado de los hombres.
Admiro a las que salieron de los estereotipos de los roles asignados por las sociedades patriarcales, como Manuela Sáenz, compañera de Simón Bolívar, que llego al grado de Coronel en el Ejercito libertador o, Juana Azurduy quien lucho bajo las ordenes del General Belgrano y más tarde de Martín Miguel de Güemes y que combatió por la liberación de nuestras tierras, aun estando embarazada. En ellas sintetizo a todas las mujeres anónimas que lucharon y luchan por sus ideales con el convencimiento de que es posible la construcción de un mundo mas justo.
En muchos lugares del mundo la lucha incansable por el reconocimiento de la igualdad, ha permitido que hoy las mujeres ocupemos sitios por nuestros méritos y no por ser mujeres. Sin embargo, creo que aun falta mucho. Todavía hoy, el modelo patriarcal continua asignando roles a las mujeres y a veces hasta se las cuestiona por elegir la realización profesional, si formar una familia o no, o por las extensas horas que dedican al mundo del trabajo que, indefectiblemente, restan al hogar. Y, aunque por fortuna cada vez menos, hay quienes justifican la violencia, que cada 30 horas, se cobra una vida.
Admiro y reconozco el valor de las mujeres independientes, que se esmeran día a día por ser exitosas en lo que hacen, como madres, esposas y trabajadoras. Las que hacen que la jornada dure mas de 24 horas, porque esas no alcanzan para las tareas diarias que exigen los hijos, la familia y el trabajo. Admiro a quienes por alguna razón se quedaron solas, y pueden salir adelante con la educación de los hijos, para quienes trabajan de manera incansable y hacen rendir lo que ganan como si fuera una fortuna. A las que aún siendo grandes, decidieron estudiar. A las que cansadas de los golpes, pudieron decir basta.
En el camino quedaron muchas, se ha derramado sangre para que hoy gocemos de los derechos que ejercemos. Eso nos hace responsables de ser nosotras, las que defendamos los espacios conseguidos, por aquellas que lo dejaron todo persiguiendo el sueño de ser iguales’.
Adriana Luluaga
“Hasta hace unos años creía que las mujeres habíamos logrado finalmente ‘un lugar en el mundo’, al menos en gran parte de Occidente. Pensaba que habíamos alcanzado la ansiada meta de sentirnos realizadas en nuestros trabajos y profesiones fuera del hogar. Ser reconocidas y respetadas.
Me parecía que estábamos en un mismo nivel de ‘acción’ que el hombre desarrollando tareas fuera del hogar, pero claro sin abandonar los ‘ministerios’ a nuestro cargo dentro del mismo: salud, economía, desarrollo humano, diplomacia, etc. Que increíble todo lo que somos capaces
de hacer en el día; hijos, hogar, trabajo, sociales, hasta una hora dedicada a cuidar de nuestro aspecto. Nuestra agenda completa desde muy temprano hasta bien tarde.
Pero en honor a la verdad últimamente me pregunto ¿para qué? ¿Por qué? ¿Cuánto gano y cuánto pierdo? Pongo la mirada entonces en esa mujer con mayúsculas a la que no quería parecerme cuando era muy joven y de quien hoy quisiera haber heredado sus dones. Ella se dedicó ‘solo’ a su hogar, su marido, sus hijos, sus parientes y amigos, sus vecinos, y a todos cuantos la necesitaran.
Siempre disponible, podía hacer un alto en lo que fuera que estuviera haciendo (aun hoy) para escuchar, abrazar, consolar, compartir, contener o aconsejar. Todos éramos su prioridad, y ella, si quedaba algo de tiempo.
Muchas mujeres no tienen opción, y deben cumplir el doble rol. Pero yo si la tuve y elegí subirme al tren de la ‘lucha por la realización personal’. Y aquí estoy, descubriendo que no soy la mujer
maravilla. Todavía no encontré el equilibrio para dar a cada quien su tiempo y a cada tarea su prioridad. Intentando que mi marido, mis hijos, mi familia, mis amigos, mis compañeros de trabajo, mis televidentes pudieran contar con mi generosa disposición a escuchar, abrazar, consolar, compartir, contener, aconsejar, luchar por la verdad y la justicia . Sé que estoy en el camino, y que no estoy sola. Hay otras tantas como yo redescubriendo que la nuestra es una misión a la que no podemos renunciar.
Un mejor mundo es posible si más mujeres nos animamos a reconocer que nuestra verdadera misión en este mundo es dejar nuestra impronta femenina donde sea que estemos o en lo que sea que hagamos. De lo contrario para que nos hemos esforzado tanto por ocupar lugares que antes
solo ocupaban los hombres si no es para darle ese ‘toque’ de calidez y luz.
Nos tocó nacer en un tiempo donde buscar y encontrar el equilibrio es indispensable para la salud física y espiritual de toda una comunidad. Animo entonces, que el desafío nos una!
¡Feliz día mujeres!