Buenos Aires, 15 de febero.- El hombre encargado de América Latina en el Pentágono, Frank Mora dijo que "este no es un incidente menor. Es grave. "Estamos perplejos y preocupados", dijo por su parte el vocero del Departamento de Estado, Philip Crowley, durante la conferencia de prensa que da todos los días. El Subsecretario para la región en el Departamento de Estado, Arturo Valenzuela, no se quedo atrás.
En una entrevista con CNN dijo: "Es bastante penoso que esta situación haya escalado con acusaciones improcedentes. Esto ha tomado dimensiones cuando debería haberse resuelto de forma respetuosa. La manera en que amedrentaron al personal (estadounidense) es improcedente", añadió.
Cinco días después de que el Gobierno argentino incautara parte del cargamento de un avión militar estadounidense que aterrizó en Ezeiza con expertos militares que iban a dar cursos sobre rescate de rehenes a la Policía Federal, EEUU no escondió ayer su malestar. Todo lo contrario.
A las quejas “on the record” se sumaron las “off the record”, casi todas dirigidas contra el comportamiento del Canciller Héctor Timerman, a quien acusan de haber fogoneado la escalada. "Su conducta fue vergonzosa ¿Usted se imagina a un canciller yendo a la Aduana para ver cómo abren una valija? Le puedo asegurar que la relación nunca ha estado tan mal como ahora", dijo una de las fuentes consultadas.
"Timerman maltrató a los funcionarios de la Embajada. Eso es imperdonable y cuando abrieron la valija parecía como un chico aplaudiendo. Estoy convencido de que esto fue una emboscada. Creo que la presidenta Cristina Kirchner está muy mal asesorada", señaló el funcionario.
Desde que el presidente Néstor Kirchner asumió la presidencia en 2003, nunca se había visto en Washington semejante despliegue de enojo hacia nuestro país como el que hubo ayer. Ni siquiera durante la Cumbre de la Américas. Pero, es sabido que EEUU puede ser muy flexible en muchas cosas, menos con el tema seguridad.
Frank Mora no quiso arriesgar qué puede pasar de ahora en más con la relación bilateral, ni mucho menos con los tratados de cooperación en materia de seguridad. Pero dejó en claro que la condición es que "devuelvan el material incautado". Creo que hemos seguido todo el protocolo, hemos respetado las leyes argentinas y no había por qué incautar. Si había alguna diferencia se podría haber conversado".
Según Mora, el Gobierno argentino sabía perfectamente en qué consistía el entrenamiento y que los expertos eran militares procedentes de la Base que el Ejército estadounidense tiene en Carolina del Norte. "Esto fue aprobado y coordinado con el Gobierno. No había nada secreto", dijo Mora perplejo por todo lo ocurrido.
"Se hicieron varias acusaciones de drogas que se iban a utilizar para propósitos nefastos. Todo falso", dijo Mora. Y agregó: "Lo que había eran drogas de primeros auxilios para tratar a los militares estadounidenses o a los policías argentinos en caso de accidentes.
"Argentina condujo una búsqueda inusual y no anunciada del cargamento estadounidense incautando ciertos ítems. Pero estos eran ítems que se utilizan rutinariamente en ejercicios de este tipo" coincidió Crowley. "Creo que hay un número de serie que no estaba debidamente documentado, pero éste es el tipo de problemas que podría haber sido resuelto muy fácilmente in situ por los funcionarios de la aduana y encontramos esto desconcertante".
Durante la entrevista a CNN, Valenzuela dijo que si hubo discrepancia se debió haber conversado en forma respetuosa sin pasar acusaciones "desmesuradas", insistiendo que no hubo violación de la ley argentina. Al final, Valenzuela apeló, sin embargo, a un tono positivo: "¿Queremos dar vuelta la página para colaborar en forma respetuosa sin acusaciones desmesuradas? Esta situación se va a resolver no tengo dudas".