Una vez más los chilenos vivieron una jornada de pánico por un fuerte sismo de 6,7 grados de magnitud en la escala abierta de Richter que afectó ayer a las regiones de Atacama, Coquimbo y Valparaíso, que causó daños materiales y un muerto a raíz de un infarto.
Según el Instituto de Geofísica de la Universidad de Chile, el fenómeno telúrico se sintió a las 17.16 horas y su epicentro se situó 46 km al noreste de Huasco, 704 km al Norte de Santiago y a 45,7 km de profundidad.
Tres minutos después se sintió en la región Metropolitana y hasta Calama, en el norte del país, y Constitución, en el sur, reportó el diario estatal La Nación.
Asimismo, el Instituto de Geofísica de la Universidad de Chile registró seis réplicas de entre 3,5 y 4,7 grados Richter; las tres primeras, en Huasco; la cuarta, en Quillota, a 127 km al noroeste de Santiago; la quinta, en Vicuña, y la sexta, a 71 Km al norte de Vallenar.
Carabineros (Policía militarizada) confirmó que una mujer de 50 años murió en Copiapó, producto de un paro cardiorrespiratorio minutos después del primer sismo.
La ciudad de Huasco fue una de las más afectadas por el primer sismo, que los expertos consideraron como un temblor ‘con características de terremoto‘, ya que varios edificios institucionales sufrieron algunos daños en sus estructuras.
Entre ellos, el hospital de la ciudad y el edificio de la municipalidad.
La Policía señaló que muchas personas fueron atendidas en los centros asistencias debido a cuadros hipertensivos y crisis de pánico provocados por el temblor considerado extremadamente largo por periodistas de radios locales.
“Hubo bastante conmoción, pero ya estamos en calma; no nos han reportado desgracias personales; los servicios básicos de nuestra provincia están funcionando en forma normal y no hay cortes de agua ni de energía eléctrica”, afirmó la gobernadora de Huasco, Berta Torres.
Un panorama similar se vivió en Vallenar donde hubo escenas de pánico debido a que varios ventanales estallaron en pleno centro de la ciudad. Decenas de personas huyeron a lugares abiertos, mientras otros corrían hasta los colegios en busca de sus hijos.
Los productos de los grandes almacenes cayeron de sus estanterías, los semáforos dejaron de funcionar al igual que los ascensores y las comunicaciones telefónicas fijas y móviles colapsaron.
Asimismo, las personas que se encontraban en la playa y en el borde costero rápidamente abandonaron el lugar, aunque en forma ordenada, y muchos de ellos se dirigieron a lugares más altos por temor a un tsunami.
Según el testimonio de varias personas entrevistadas el fenómeno telúrico se prolongó por bastante tiempo lo que causó el miedo entre las personas.
En esta línea, el Servicio Hidrográfico y Oceanográfico de la Armada de Chile (SHOA), informó más tarde que las características del sismo no alcanzaban para generar un tsunami en el Pacífico.
En tanto, la Oficina Nacional de Emergencia (Onemi), del Ministerio del Interior, indicó que el sismo alcanzó intensidades de entre tres y seis grados en la escala internacional de Mercalli, que va del uno al doce.
Precisó que en la ciudad de Vallenar el temblor tuvo una intensidad de seis grados al igual que en Tierra Amarilla; en Coquimbo y La Serena, cinco grados, Valparaíso tres grados y dos grados en la región metropolitana de Santiago.
El sismo afectó a una zona donde hay operaciones mineras de pequeña y mediana escala, mientras que la mayor parte de la industria del principal productor mundial de cobre se concentra en el extremo norte del territorio.