El ciclista belga Bart De Clercq, del Omega Pharma-Lotto, se adjudicó ayer la 7ma. etapa del 94to. Giro de Italia, disputada entre Maddaloni y Montevergine di Mercogliano, sobre 110 kilómetros y primer final en alto de la "corsa rosa", que sigue liderada por el holandés Pieter Weening (Rabobank).

La esperada llegada de la montaña que se suponía debía ser un examen para los favoritos a la victoria y al podio de Milán, pero finalmente no pasó nada y de ello se aprovechó un modesto, que hizo recuperar algo la sonrisa al ciclismo de su país, "tocado" desde el fallecimiento el pasado lunes de Wouter Weylandt.

Y es que los grandes aspirantes no se dejaron ver en la no demasiada exigente subida a Montevergine di Mercogliano, larga, pero con pendientes no superiores al seis por ciento de media, y sólo se esforzaron en arañar los segundos de bonificación, reservando fuerzas para posteriores días.

La jornada era corta algo que debieron agradecer los corredores después de haber acumulado muchos kilómetros, un día de mucho esfuerzo como el del jueves y los criticados tramos de tierra.

Así, el grupo dejó hacer a la primera escapada seria del día, formada por los italianos Giovanni Visconti (Farnese Vini), Matteo Montaguti (AG2R) y Federico Canuti (Colnago), el francés Jerome Pineau (Quickstep) y el danés Lars Bak (HTC-Highroad), a los que se uniría posteriormente el holandés Johnny Hoogerland (Vacansoleil).

Estos llegarían al pie de la ascensión final, pero con poco tiempo para tener garantías de obtener una victoria, ya que por detrás el Liquigas empezaba a controlar la carrera, aunque el ritmo no era demasiado fuerte e incluso el líder aguantaba sin demasiados problemas.

Bak fue el último en ser “engullido” por el pelotón, donde los ataques de los aventureros se sucedían, aunque sólo acabó por fructificar el de De Clercq, que saltó faltando algo más de seis kilómetros y sacó una luz que supo manejar a la perfección.

Hoy, los corredores volverán a afrontar una larga jornada, de 217 kilómetros, entre Sapri y Trotea, previa a la segunda llegada en alto, en suspenso por la erupción del Etna.