El ciclista danés Michael Rasmussen, despedido por el Rabobank holandés cuando rozaba el triunfo en el Tour de Francia de 2007, reconoció ayer haberse dopado durante doce años (1998-2010) y anunció su retirada del deporte profesional.
‘He tomado EPO, hormona del crecimiento, testosterona, insulina, cortisona y he hecho transfusiones de sangre‘, confesó ayer Rasmussen en una rueda de prensa en la sede del equipo Christina Watches, en el que corría desde hace dos años, en Herning (Dinamarca).
Rasmussen explicó que ha contado todos los detalles de dónde y cuándo se dopó a la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) y a las autoridades danesas, holandesas y de EEUU, pero apeló a un acuerdo de confidencialidad para no dar más detalles al respecto por ahora.
La Confederación de Deportes de Dinamarca informó en un comunicado de que el ciclista ha sido interrogado en las dos últimas semanas en Copenhague y en Amsterdam y que su comisión antidopaje ha abierto un expediente al corredor.
El ciclista danés, de 38 años y que hasta ahora siempre había negado haberse dopado, fue sancionado dos años por la Unión Ciclista Internacional (UCI) por mentir sobre su paradero antes del Tour 2007, que acabó ganando el español Alberto Contador.
Al ser reincidente Rasmussen debería ser castigado ahora con 8 años de suspensión, pero las autoridades deportivas danesas ya avisaron de que pedirán que le sea aplicada la reducción de las tres cuartas partes de la pena incluida en el reglamento de la AMA para quienes colaboran en las investigaciones sobre dopaje.
En una emotiva comparecencia ante la prensa de diversos países, que incluyó abrazos y lágrimas, los dueños del equipo apoyaron la confesión de su capitán y se opusieron al uso del dopaje en el ciclismo, asegurando que Rasmussen no se ha dopado en el tiempo que ha corrido para Christina Watches.