Por Ingeniero Raúl Castellani

Se dice que alguna vez, antes de morir, se puede ver y degustar un vino que se acerca a los 100 puntos. Si bien la biografía muestra vinos de 100 puntos, los mismos en su 99 por ciento han sido colocados por expertos en forma individual (catados por una sola persona, y generalmente teniendo mucha información sobre el vino), todos ellos renombrados, reconocidos, o con mucho marketing y en un 95 por ciento también en lengua inglesa. Pero en ese 1 por ciento restante, puede pasar, que en algún concurso, donde las personas catan verdaderamente a ciegas, sin saber ni variedad, ni país, ni ningún otro dato, salvo la categoría y nivel de precios, que lo encuadre en su categoría de precio calidad y permitan llegar a esa nota mágica para un vino.

En mi caso, y debo ser sincero, siempre considere que el vino 100 no existe, pero sí que existen vinos que al alcanzar más de 95 puntos, los detalles, hasta lo máximo, son parte del estado de ánimo de los jueces, al momento de catar esa perfección.

Así pasó una vez en Vinalies de Paris, y tuve conocimiento de que una mesa de 6 personas, coloco lo más cercano a los 100 puntos(o los 100 puntos, hoy no lo recuerdo perfectamente) a un vino llamado Selección Robles 1927 Pedro Ximenez de Bodegas Robles SA de España.

Probablemente ha habido otros vinos, seguramente de Francia Champagne, Pomerol, Saint Emilion, Medoc, o Pouillac, o de la Borgoña, la zona de Sauternes, de Hungría-Tokay, o de Rioja o Ribera del Duero en España alguno de Australia y quizá también en Alemania o Italia o de algún otro país, pero, por lo menos a mí, no me tocaron degustar, en concurso. Pero ello es solo la opinión de un experto, con información anticipada.

Es conocido que algunos han obtenido los 100 puntos (Parker, Jancis Robinson, Hugh Johnson, o Steve Spurrier) incluso en las famosas revistas Wine Magazín, Decanter, Wine Spectator Sommelier o Wine & Spirits, entre ellos uno realizado por un enólogo de Mendoza (Marcelo Pelleriti – con un vino hecho en Francia).

Todo ello es loable, pero no es lo que sucede comúnmente en un concurso, donde personas de distintas profesiones y sin datos, coloca esta nota a través de sus sensaciones sensoriales.

A la fecha llevo 668 concursos en los que he sido jurado internacional desde 1978 y he dirigido más de 100 concursos en el mismo tiempo en 4 de los 5 continentes, y no se puede decir que no tenga experiencia en este tema. Pero siempre cuando he encontrado una excelencia así, he puesto un gran esfuerzo para dar al vino el mejor puntaje sin que ello, anulara mi voto y mirando el interés del consumidor. Personalmente a un vino extraordinario yo podría darle entre 98/ 99 puntos, y esos vinos los cuento con una mano, porque siempre espero una nueva sorpresa o un vino mejor.

Pero si 6 mujeres jurados, por primera vez en las 12 ediciones de este Concurso, colocan 100, 100, 99, 100, 97 y 97 y al finalizar la serie, que era la final del primer día, me llaman y me piden que lo deguste, mi única reacción fue decir ¿Cuánto le pusieron 97 o 98? Y me respondieron es un vino de 100 puntos. Quede absolutamente sorprendido y gratamente impresionado. Había degustado un vino casi perfecto a ciegas.

Pero en la mesa no había unanimidad con los 100 puntos, y las Licenciadas en Enología, una de ellas de gran trayectoria en concursos, otra experta en Enología y análisis sensorial, una Bromatóloga del INV, cualquier de las tres con más de 40 concursos como jurados, más dos sommeliers y una periodista que tienen absolutamente claro lo que pueden hacer cuando catan, era contundente. Probablemente le hubiera dado 98 o 99 puntos (esto es una opinión personal) tal como lo dije, pero no era yo quien tenía que catar, sino excelentes mujeres del vino.