Víctor Schillaci y los hermanos Cristian y Martín Lanatta, los prófugos del Triple Crimen de General Rodríguez, eran buscados anoche intensamente en una zona rural de la provincia de Santa Fe, con helicópteros y francotiradores, luego de que los evadidos se enfrentaran en la mañana en dos oportunidades con gendarmes, a los que hirieron, abandonaran su camioneta y robaran chalecos antibalas.

Fue la segunda vez que los delincuentes son ‘casi‘ atrapados y abren fuego contra los uniformados: la primera vez fue en Ranchos en la madrugada del 31 de diciembre cuando dos policías fueron heridos en un control policial; y ahora, en sendos tiroteos, dos gendarmes fueron baleados, uno en el brazo y otro en el estómago.

A las 19, helicópteros del Grupo GEOF de la Policía Federal llegaron hasta dos estancias puntuales que revisaron hasta ahora sin resultados positivos.

La investigación se aceleró ayer, a once días de la fuga, en distintos escenarios: a la madrugada, en Buenos Aires, la policía arrestó al hermano de Víctor Schillaci, tres amigos y un penitenciario por colaborar con la fuga que ocurrió el 27 de diciembre en el penal de General Alvear, pero la atención se concentró de inmediato en Santa Fe cuando la Justicia ordenó allí una serie de operativos que terminaron en dos tiroteos que habían protagonizado los evadidos con gendarmes. A las 7.30, gendarmes llegaron una zona rural cercana a San Carlos donde se creía que podían estar los prófugos, pero no los encontraron y, cuando se estaban yendo, descubrieron una segunda casa a la que se acercaron, oportunidad en que tres sujetos aparecieron entre los pastizales disparando.

Un gendarme de 44 años resultó herido en un brazo y los delincuentes se robaron una camioneta Berlingo de Gendarmería, donde se hicieron de chalecos antibalas. En ese lugar, los gendarmes encontraron en un galpón lindante restos de comida y la camioneta Kangoo de la ex suegra de Cristian Lanatta, con celulares, chips y balas, dato que les confirma que se trataba de los buscados.

A las 9, en tanto, hubo un segundo enfrentamiento: cuando iban en la camioneta de Gendarmería, se encontraron en la ruta provincial 6, entre las localidades de San Carlos Sur y Gessler con un vehículo Amarok de la misma fuerza con el que también se tirotearon.

Uno de los gendarmes, de 44 años, fue internado en el Hospital Pedro Suchón de San Carlos Centro con ‘una herida en el brazo‘ -aparentemente de un fusil Fal- y está ‘fuera de peligro‘, dijo a DyN el médico Benjamín Zorrilla, director del centro médico. El otro efectivo identificado como Walter Aguirre, de 31 años, oriundo de Buenos Aires, fue trasladado directamente al hospital Cullen de Santa Fe con disparos en el abdomen y en la pierna izquierda.

El intendente del municipio santafesino de San Carlos Centro, Jorge Placenzotti, aseguró que uno de los gendarmes heridos ‘habría reconocido a los tres ocupantes del vehículo‘ que lo atacaron ‘como los prófugos‘ del triple crimen. Tras el ataque, se desplegó un importante operativo de seguridad -por tierra y por aire- para dar con los tres atacantes en las zonas de San Carlos, Coronda, Gálvez, Matilde y San Agustín.

La camioneta Berlingo fue encontrada más tarde, por lo que se creía que los prófugos se movían a pie en una zona donde -según las autoridades locales- había ‘cañadas, montes y maizales crecidos‘.

Más de 500 efectivos de distintas fuerzas nacionales, con el apoyo tardío de la policía local, rastrillaban los campos de las localidades para intentar atrapar a los prófugos, mientras le pedían a la población que se mantuviera en sus casas y en alerta.

Se cree que los prófugos podrían haber ‘soporte‘ de un grupo de narcotraficantes de Santa Fe, según admitió el fiscal federal Jorge Di Lello, que participa de una de las investigaciones abiertas para poder localizar a los evadidos.