En medio de un tour que hará por todo el país, el flautista y saxofonista español Jorge Pardo eligió a San Juan para presentar su espectáculo que mixtura el flamenco tradicional, el jazz fusión y la música electrónica. Es una propuesta mestiza a partir de su disco Djinn de 2016, un viaje sonoro de "metaflamencojazz interdimensional", que recurre al groove y a la música electrónica. Esto marcó una impronta excepcional que le valió ganar el Premio Grammy 2019 por el álbum Antidote, que desarrolló con Chick Corea. Pardo se subirá a la Sala Auditorium del Teatro del Bicentenario por primera vez con todo este bagaje para conmover al público sanjuanino, el próximo miércoles 13 de diciembre, junto a los músicos locales Daniel Gómez y Manolo Gil, y el percusionista Alejandro Morales (ver aparte).
– ¿Qué propuesta trae a San Juan?
– Con mucho gusto incluimos este concierto en la gira por Argentina, me invitó Mix Arjona, quien organizó este itinerario y estoy encantado de contar con nuevos sitios y nuevas experiencias por conocer. Como siempre, hago una búsqueda para tocar con diferentes músicos en Argentina. San Juan es un punto más en esta gran gira y que lleva como sello seguir incentivando el flamenco en la zona.
– ¿Qué puntos en común logra detectar entre el flamenco contemporáneo y otros ritmos y sonidos?
– Básicamente el flamenco no deja de ser una música, a pesar de la aclamada pureza que se emplea en el argot del flamenco para definirlo, como resultado de ese crisol de ritmos africanos, melodías orientales, de diferentes etnias y culturas de la península ibérica. Aunque los más ortodoxos reniegan de la mezcla de otras culturas, el flamenco tiene esa vocación inevitable de enriquecerse de otras influencias y, a la vez, enriquecer a esas mismas culturas. Como casi todo lo demás, clamamos por levantar tabiques entre culturas y la propia música demuestra que los tabiques son fácilmente de derribar. Este viaje a Argentina supone también un derribo más de ese tipo de tabiques, porque el flamenco se extendió por otros países y la música viaja en el corazón de las personas, no sólo en las tradiciones. No hay que ser de Salzburgo para tocar a Mozart, no hay que ser de Memphis para captar un blues, como tampoco hay que nacer en Jerez para hacer flamenco.
– En lo poético, ¿los temas originarios del flamenco siguen siendo vigentes?
– Sí porque el flamenco viaja de manera intergeneracional con un mensaje universal. Habla de los sentimientos humanos, de sus grandezas y de sus miserias. Cambian las formas, podemos quejarnos de cosas que hace cien años atrás se quejaba por otras, pero el sentido de la queja es la misma, tanto interna como externa. Así que nos une el futuro con el pasado también.
– ¿Cuánto le debe a Paco de Lucía, qué heredó de él?
– Obviamente un montón. Paco es como un hermano mayor para mí, hemos viajado por todos los continentes tocando desde jovencitos, nuestro vínculo siempre fue muy fuerte, tanto en lo humano como lo musical, y también las generaciones de músicos de flamenco y otros, se nutrieron de sus visiones, su talento y sus andanzas. Lo único que podría añadir es que también Paco tuvo la habilidad de ser permeable a las diferentes músicas que frecuentaba y compartía con otros colegas de cada país a los que fue visitando y también hizo que el flamenco sea más grande.
– ¿Y cómo pudo lograr ese mix creativo con Chick Corea?
– Chick Corea tiene una capacidad musical asombrosa, él presumía tener un corazón español y lo demostraba en escena durante toda su vida aun tocando con los maestros del jazz norteamericano, siendo que él tiene herencia calabresa. Él sentía el flamenco muy cercano, el amor que tuvo a la música le permitió mirar a los músicos españoles, de una manera muy atenta y justo a Paco.
– ¿Está explorando nuevos horizontes al recorrer también con la música electrónica y el groove?
– Bueno, siempre digo que soy músico de mi tiempo. Me toca vivir en una época donde suceden cosas diferentes y actualmente hay instrumentos que no existían antes, es el caso de la música electrónica. Estuve ligado a ella por mi hermano Jesús, que ha sido un pionero de eso y fui atrás aprendiendo y enamorándome de ese mundo también. Los instrumentos son para hacer algo, no determinan lo que hay que hacer, sirven para expresar cosas; bueno ¿los instrumentos electrónicos por qué no servirían para expresar el flamenco también? Por supuesto que sí, como soy inquieto y de mar abierto, apenas termino de producir un disco de una manera, empiezo el siguiente de otra. Visito estéticas diferentes, pero con el mismo fundamento, el flamenco en mi corazón.
– ¿A veces tiene la sensación que, como artista, sea un instrumento más? ¿Juega ese rol también?
– Puede ser, nunca lo pensé de esa manera, pero sí es posible que yo sea un instrumento más dentro de esta gran familia de músicos que componemos el flamenco y de la música global también.
– Cambió la industria, desde la manera componer y producir hasta la manera de escuchar y consumir la música. ¿Cómo aportar algo original y singular?
– Uno de los cometidos del artista es hacer música y comunicarla, llegar al mayor público posible. Hoy día los medios van cambiando muy rápidamente en la manera de llegar al oyente. Soy partidario de que hay que usar todos los medios posibles para llegar al público, desde el vinilo a las redes, hay que llegar de la mejor manera posible. La industria es compleja porque nunca los artistas nos hemos entendido bien con la industria porque muchas veces los objetivos de cada ámbito son muy opuestos. La industria quiere enriquecerse locamente y nutrirse de los músicos. Y el músico quiere lógicamente ganar su dinero, pero no es su principal misión. Entonces hay un conflicto, hay una tensión. La industria tiene todas las herramientas para defenderse a sí misma. El músico no. Esa fricción inevitable con el paso del tiempo se agiganta a pesar de que Internet ha democratizado en cierta manera la circulación de la música, pero las grandes compañías siguen acaparando todo, desde los influencers en las redes, hasta la venta y el acceso a la música.
– ¿Cómo encontrar un punto de equilibrio sin resignar las convicciones artísticas en función del mercado?
– Es una incógnita que no puedo descifrar. En el día a día es difícil la labor cuando realmente el mercado se reinventa y en este tiempo a velocidad increíble con nuevos instrumentos que ni ellos mismos pueden controlar, es un mareo de tener que pensar en todo eso y en las creaciones musicales propias y ver cómo proyectarse al público. El artista lo hace a su manera, unos tienen más éxito y otros menos, que se le va hacer, así es la vida.
– ¿Qué espera llevarse de Argentina?
– Parafraseo a nuestro querido Carlos Gardel: volver y volver es lo que quiero. Deseo poder llevarme de esta gira la maleta llena de emociones e inspiraciones para seguir haciendo música. Volver a Argentina es una promesa y compartiendo con mis colegas de aquí, una y otra vez.
> Acerca del show
Junto a Jorge Pardo, los músicos sanjuaninos interactuarán en el escenario para ser el soporte instrumental en el escenario. El tándem se conformará con Manolo Gil (guitarra flamenca), Daniel Gómez (guitarra flamenca), Alejandro Morales (percusión) y Mix Arjona (flautista invitada). El repertorio incluirá una serie de seguiriyas, tangos, bulerías, rumbas, tanguillos y guajiras, con los temas "Rara belleza", "Na mah que día", "Guajiras de las rosas", "Rosa María", "Tentaciones" y "Levante", entre otras piezas de Camarón de la Isla y Paco de Lucía, con composiciones propias de Pardo. El show será respaldado por la plataforma Cumbre Flamenco.