En círculos políticos de Washington hay consenso con respecto a que el nuevo Congreso que asumió a principios de este mes, tras la victoria republicana en las elecciones legislativas de noviembre, presionará a Obama para que asuma una postura más dura respecto de los regímenes autoritarios de Venezuela, Bolivia, Nicaragua y Cuba. Los comités parlamentarios clave han cambiado de mano, y ahora están conducidos por halcones de la política exterior estadounidense que critican a Obama por ser demasiado blando con Hugo Chávez y sus aliados.
La nueva presidenta del poderoso Comité de Relaciones Exteriores de la Cámara de Representantes, Ileana Ros-Lehtinen, republicana de Miami, me dijo que los subcomités investigarán sobre temas la ayuda de Chávez a grupos terroristas, y el apoyo venezolano al programa secreto de armas nucleares de Irán.
Ros-Lehtinen, que viajará a Brasil, Argentina, Colombia y Honduras en marzo, dijo que el subcomité de asuntos latinoamericanos determinaría si se debe incluir a Venezuela en la lista de "países terroristas” del Departamento de Estado. También es probable que la Cámara celebre audiencias para estudiar si conviene imponer sanciones económicas al monopolio petrolero venezolano, PDSVA, y a los bancos de Venezuela, agregó.
¿Pero no le dará argumentos a Chávez para presentarse como una víctima del "imperio” estadounidense?, le pregunté. "Estados Unidos debe tener sus principios. Es muy lindo pensar que podemos ser amigos de todo el mundo, pero si somos amigos de todo el mundo no tenemos principios”, respondió. Y agregó que Chávez y sus aliados de todas maneras acusarán a EEUU de cualquier cosa, independientemente de lo que haga Washington.
Los partidarios de Obama admiten que el nuevo Congreso influirá sobre la política hacia Latinoamérica, pero advierten que será una influencia negativa. "Ileana Ros-Lehtinen ya ha dicho que quiere recortar el presupuesto del Departamento de Estado y la ayuda externa de EEUU”, me dijo Jeffrey Davidow, quien encabezó la oficina de asuntos latinoamericanos durante el gobierno de Bill Clinton, y que fue asesor de la campaña de Obama. Davidow agregó que "necesitamos las herramientas de la diplomacia y la ayuda exterior para poder mantener nuestra posición en este hemisferio”.
La buena noticia es que Ros-Lehtinen habla con mayor altura -y moderación- desde su nuevo cargo, no solo en cuanto a Venezuela sino también con respecto a la ayuda externa y otros temas latinoamericanos. Además, el Senado, que sigue controlado por los demócratas, probablemente logre detener las iniciativas más extremas provenientes de la Cámara. Pase lo que pase, en Washington habrá mucho más ruido sobre temas latinoamericanos de lo que hemos escuchado en estos últimos dos años.
"LA RETÓRICA negativa de los parlamentarios republicanos perjudicará la imagen de EEUU en la región, lo que sería un debilitamiento del apoyo que necesita Obama para defender su gestión”.