Las tarjetas rojas y amarillas que usarán los árbitros durante el Mundial de fútbol serán fabricadas en Alemania y no tendrán ángulos para poder preservar la ropa de los árbitros. "Imagínese a un árbitro que cuando quiere sacarle la tarjeta a un jugador que cometió una falta se le queda trabada en el bolsillo", explicó Winfried Baaser, que fue juez de línea en la Bundesliga alemana. "Sería una situación terrible, vergonzosa", sostuvo. "La autoridad del árbitro está en juego en un momento así", indicó a DPA. Baaser es además dueño de la empresa proveedora de las tarjetas, cuya sede está en el pueblo de Trechtingshausen, en Renania-Palatinado.