Transcurridos pocos minutos después del fuerte sismo que sacudió nuestra provincia el domingo 20, a través de las redes sociales, especialmente Facebook y servicios de mensajería como Whatsapp, comenzó a circular un supuesto comunicado del Inpres, anunciando un nuevo movimiento mucho más fuerte y de características catastróficas. El miedo invadió hasta que el organismo nacional salió a desmentirlo. Tras este episodio las autoridades informaron que se está investigando el origen del comunicado, con el objeto de detectar a los responsables.
El tema de las noticias falsas que circulan a través de la World Wide Web (WWW), popularmente conocida como red informática mundial que se interconecta a través de internet, o de servicios de mensajería instantánea, viene ocasionando numerosos inconvenientes al resultar muy dificultoso su control.
En EEUU la batalla contra las informaciones falsas, que pudieron contribuir a la victoria de Donald Trump en perjuicio de Hillary Clinton, recrudeció las presiones que tiene en estos momentos Facebook. El fundador de esta red social Mark Zuckerberg tuvo que salir a explicar que la compañía intensificará los esfuerzos para eliminar las noticias falsas, facilitando a los usuarios una alerta sobre ellas. En tanto Twitter y Google han tomado medidas directamente vinculadas a reducir los ingresos publicitarios de las páginas con noticias falsas, tratando de desalentar esta práctica. Otras medidas que están considerando algunos gobiernos apuntan a que Facebook, como las demás redes sociales, asuman su condición de empresas mediáticas con responsabilidad editorial.
La recomendación más efectiva pasa por acudir a páginas web o espacios serios que garantizan el chequeo de la información antes de difundirla.
Está demostrado que si bien los responsables de estos sistemas de comunicación no deslindan del todo su responsabilidad, en lo que respecta al control de la información falsa, se conoce que la tarea no es sencilla en relación a los millones de usuarios. No obstante, gobiernos y empresas vinculadas a estos servicios deberán abocarse a encontrar la forma de evitar que se aprovechen estas vías para infundir miedo o amenazas.