El padre de las mellizas suizas desaparecidas, Matthias Schepp, dejó escrito antes de suicidarse el pasado 3 de febrero en una estación de tren en Italia, que quería morir junto a sus hijas, pero que finalmente no pudo hacerlo. Las mellizas descansan ya "en un lugar tranquilo", escribió el padre en una carta enviada a Irina Lucidi, la madre de las niñas desaparecidas.
"Querida mía, quería morir con mis hijas, pero no ha sido así. Seré el último en morir. Ya he hecho morir a las niñas. No han sufrido y ahora descansan en un lugar tranquilo", dice el padre en una de las cartas que le envió a su ex esposa, según informó ayer la agencia de noticias italiana ANSA tras un contacto telefónico con la familia.
Asimismo, en una entrevista por teléfono desde un lugar secreto, la madre de las pequeñas asegura que ella siente en su corazón que las mellizas, siguen vivas.
"A pesar de las malas noticias que he recibido, mi corazón de madre siente que mis hijas están vivas. Os pido que sigáis buscando a Livia y Alessia", dijo Lucidi. "Seguid buscando, no puede ser que mis pequeñas mellizas estén muertas", añadió.
Según los últimos datos de la investigación, Matthias Schepp consultó desde su ordenador páginas de Internet que ofrecían consejos e información sobre las sustancias utilizadas en un envenenamiento, así como varias páginas relacionadas con el uso de armas de fuego.
Asimismo, el análisis del ordenador de Schepp reveló que éste consultó los horarios del servicio de barcos que unen Marsella con la isla de Córcega, trayecto que pudo haber realizado junto con las pequeñas el 31 de enero, el mismo día en el que se pierde el rastro de las mellizas.
Un día después y según la reconstrucción de los hechos realizada por los investigadores, Schepp tomó un barco de vuelta a Tolón (Francia) pero esta vez supuestamente solo.
Desde la localidad francesa, los investigadores creen que se dirigió a Italia por carretera, para suicidarse en la estación de tren de Cerignola (sureste), después de realizar varios envíos a su ex esposa y madre de Alessia y Livia con dinero sacado de distintos cajeros automáticos.