La tarde del 14 de enero de 2015, Axel Mercado le había avisado a su mamá que se iba hasta lo de una prima para saludarla por su cumpleaños. Se juntó con un primo y otros chicos, caminó unos metros hasta que le dijeron que se volviera porque cerca se peleaban dos grupos de jóvenes. Pero Axel optó por quedarse y observar. Se sentó sobre un gabinete de gas y algo miró, hasta que se escuchó un estampido, saltó de la improvisada banca y corrió unos metros hasta desplomarse. Tenía 14 años cuando el plomo de una bala terminó con sus días. Y ese disparo lo había efectuado un joven que tampoco tenía nada que ver con los que iniciaron ese problema grande, que se había armado entre los chicos, más que nada, de los barrios Los Plátanos y Los Médanos, en Rawson.
Esa contienda se había iniciado en una colonia de verano del camping de Foecyt. Y se trasladó luego a las calles de los barrios al que pertenecen los chicos que se enfrentaban (de las familias Pintos y Fernández) a quienes se sumaron parientes y vecinos. Las piedras predominaron en el cruce, hasta que aparecieron dos en moto y uno de ellos efectuó dos disparos al grupo de los Fernández.
El juez de Instrucción Alberto Benito Ortiz entendió que el autor del disparo letal fue José Alberto Toledo (28 años, alias ‘Betito’) y que en esa maniobra contó con la participación necesaria de su vecino Armando Fabián Castro Yáñez (21, alias ‘Bananita’).
Por eso procesó con prisión preventiva a Toledo por portar ilegalmente un arma de guerra y, más que nada, por el delito de homicidio simple agravado por el uso de un arma de fuego. Ese agravante, suma un tercio al mínimo y otro tanto al máximo de la pena para el homicidio, que es de 8 a 25 años.
Durante la investigación, Toledo no dio su versión y el ‘Bananita’ intentó desligarse: aseguró que esa tarde había llegado de trabajar cuando supo por su madre que había dos grupos rivales que se peleaban y le pidió que fuera a ver si allí estaba su hermanito de 8 años, para rescatarlo.
Según su relato, esa vez su vecino Toledo iba en moto y lo llevó hasta el lugar, pero al llegar se separaron. Y que cuando se volvía porque no halló a su hermano, Toledo lo volvió a cargar en moto y ahí supo que tenía un arma.
En principio, se dudó que Castro Yáñez hubiese participado en el homicidio, pero el testimonio clave del primo de la víctima sirvió para que el juez revocara su decisión inicial y lo procesara. El lunes último ordenó recapturarlo, dijeron fuentes judiciales.
En su fallo, el juez procesó y ordenó recapturar al cómplice del autor, libre por falta de pruebas.
Así, cerraba el círculo sobre la hipótesis de que ambos se complementaron para que Toledo disparara al grupo, primero de frente y, luego de hacer un rodeo en una moto guiada por Castro Yáñez, por la retaguardia de los Fernández.
El fallo aún puede ser apelado.