El de hoy no será un día más para los amantes del fútbol de Argentina y el mundo; tampoco para aquellos a los que hace exactamente tres años se les helaba la sangre a medida que comenzaba a circular esa noticia: se cumplen tres años del día en que Diego Armando Maradona se convirtió definitivamente en leyenda.

Tres años después de su muerte, no hay día en el que el nombre de Maradona no sea protagonista de alguna conversación en cualquier bar, en charlas futboleras o políticas, en cualquier rincón del país. O qué hubiera hecho en tal situación.

Aún ausente físicamente, "Pelusa" sigue presente en el día a día de los argentinos, en cada cancha, en remeras, en banderas, en murales, dibujado en las paredes y en tatuajes. Y aquella imagen de México ’86 con el capitán argentino besando la Copa del Mundo que se viraliza a diario en donde quiera que sea.

Un año atrás, Maradona también se hizo presente en Qatar, acompañando a la "Scaloneta" en cada uno de los siete partidos, representado en miles de camisetas y banderas. Y tampoco se perdió la final.

Si hasta Ángel Di María lo invocó en pleno festejo del que fue, tal vez, el gol más importante de su carrera. Ese gol que hizo delirar a más de 45 millones de argentinos.

"¡Gracias, Diego!", gritó el "Fideo" mirando al cielo después del 2-0 ante Francia, en un gesto que para él fue completamente espontáneo y natural. Tanto que, tal como reconoció en plena charla con Dalma Maradona en el documental "La hija de Dios", no recordaba ese momento: "Lo vi al video porque ni siquiera yo me acordaba. Lo mandé al grupo de mi familia y al de la familia de mi mujer y todos me decían ‘sí, lo dijiste’. Y sí, lo dije, fue algo que me salió de adentro", reveló.