"Lo tenía amenazado permanentemente a mi hijo. Ella estaba obsesionada con él porque la dejó hace unos años", esa fue una de las frases que lanzó entre lágrimas Inés Carrizo, la madre de Cristian Arredondo, el obrero rural de 30 años que había desaparecido hace 22 días y que en la tarde del jueves fue hallado parcialmente quemado y con al menos 3 balazos en su cuerpo dentro de una fosa de un metro y medio de profundidad, en medio de unos parrales de una finca de Marquesado, en Rivadavia. Y la idea de que su ex habría instigado a sus hijos a cometer el crimen por despecho, era ayer la hipótesis con más fuerza sobre el presunto móvil del aberrante homicidio, porque en la investigación no aparecen pruebas firmes para sostener otras conjeturas, como el robo o un ajuste por deudas.

Según las fuentes, Ana Juana Barrionuevo (41 años) siempre tuvo desencuentros amorosos con el joven. Desde hace 11 años se conocían y fruto de esa relación nació su hija, que ahora tiene 7 años. Pero desde hace unos 2 años, el joven se alejó y terminó la relación. "Ellos estaban separados desde hace 2 años. Cuando mi hijo tenía plata, ella venía, le quitaba el dinero y se iba. No lo dejaba en paz y lo amenazaba siempre… vivía atemorizado", dijo ayer la madre del joven fallecido.

Aparentemente, Barrionuevo cansada de que su ex la rechazara, comenzó a decirles a sus hijos, Juan (19) y Exequiel Ortiz (20), que Arredondo la golpeaba y que la maltrataba siempre. Eso fue el 1 de abril, la última vez que se lo vio con vida al obrero, precisaron las fuentes.

La versión es que esa noche los jóvenes buscaron un arma e invitaron a un amigo de la zona, Rafael Villegas (20 años, boliviano), para que los acompañara en los pocos metros que separaban su vivienda de la de Arredondo, situada frente a La Marquesita, en Marquesado, Rivadavia.

Se supone que cuando llegaron sorprendieron al jornalero cuando regaba el patio. En esos momentos y sin mediar palabras, uno de los hermanos (sería el mayor) apuntó y le lanzó al menos 3 disparos, matándolo en el acto, estimaron fuentes policiales. Después -se sospecha- limpiaron la escena y ocultaron el cadáver en unos cañaverales, cerca de donde lo encontraron enterrado.

Según las fuentes, los muchachos regresaron al otro día en la noche, trataron de quemar su cuerpo y buscaron unas palas para enterrarlo entre los parrales de la finca lindante, a unos 800 metros del lugar del crimen.

Pero al final, el jueves en la tarde, unos cuidadores descubrieron la foza y llamaron a la policía. De inmediato, los pesquisas de la comisaría 13ra. y de Homicidios detuvieron a Barrionuevo y sus hijos. Ya en la seccional, los muchachos habrían admitido el asesinato y eso perfiló la investigación sobre un presunto asesinato instigado por el despecho de la única detenida, explicaron las fuentes.

Ayer en la madrugada, allanaron la casa que comparte la mujer y sus hijos con su hermano, Clemente Barrionuevo (42), quien quedó detenido por presunto encubrimiento porque allí secuestraron un revólver calibre 38 especial con un proyectil sin percutar y 15 más, que sería el arma homicida.

Luego, detuvieron a Villegas e incautaron en otro sitio 2 palas (en la casa del fallecido secuestraron otra) que habrían usado para enterrar a Arredondo, dijeron. Ayer también estaba preso otro ex de la mujer, José Jorge Ortiz (53), aunque creen que podría despegar.