La Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat) autorizó el uso del primer fármaco destinado a todos los bebés menores de 24 meses para prevenir el Virus Sincicial Respiratorio (VSR), que es la principal causa de bronquiolitis. Por eso, los especialistas destacaron que es una herramienta "muy útil" que podría reducir las internaciones, luego del fuerte aumento de casos de este año.
Se trata de la inmunización nirsevimab desarrollada por los laboratorios Sanofi y AstraZeneca, que también ya fue aprobado por la Comisión Europea y la Administración de Alimentos y Medicamentos de EEUU (FDA).
En Argentina es el primer fármaco autorizado para ser aplicado a todos los bebés recién nacidos y para niños de hasta 24 meses de edad que siguen siendo vulnerables a la enfermedad grave por VSR.
"Este es un anticuerpo monoclonal que dura mucho más tiempo en la circulación, alrededor de cinco meses. Con una sola inyección en el comienzo del invierno previene la enfermedad y tiene entre un 75 y 80% de prevención para la población que lo recibió. Es una herramienta muy útil", dijo a Télam Nestor Vain, responsable de Pediatría y Neonatología de los Sanatorios de la Trinidad de Palermo y Ramos Mejía y director de la Carrera de Médico Neonatólogo de la UBA.
La aprobación se basó en los resultados de tres ensayos que están en fase avanzada y de los que Argentina formó parte.
"Una dosis única de nirsevimab demostró una eficacia elevada y constante contra la enfermedad por VSR que se mantiene durante al menos cinco meses, la duración de una temporada típica del VSR", se agregó en el texto. El VSR es la causa más frecuente de enfermedad de las vías respiratorias bajas, como bronquiolitis y neumonía, en bebés menores de un año.
"El virus sincicial es el principal causante de la bronquiolitis en el mundo y en particular en Argentina. Es más grave en los chicos más chiquitos como los lactantes de los primeros seis meses, pero también puede ser grave en el primer año de vida y un poco menos frecuente en chicos de más de un año. Tiene mayor gravedad en los recién nacidos prematuros o los chicos con cardiopatías congénitas o con problemas inmunitarios", aclaró Vain.
El médico explicó que el VSR tiene una temporalidad, en abril o mayo empieza y la epidemia suele terminar en agosto, aunque puede extenderse hasta septiembre. "En 2023 fue muy agresiva la bronquiolitis por el sincicial, tuvo un comienzo muy temprano, en abril hubo ya casos serios. Este año hubo chicos que estuvieron en la guardia de emergencia sin tener cama, tanto en sanatorios privados como en hospitales públicos, porque eran tanto los chicos que era muy difícil ubicarlos", aseveró Vain.
Según informaron los laboratorios, nirsevimab ofrece "una rápida protección que ayuda a prevenir la enfermedad causada por el VSR como la bronquiolitis, sin necesidad de activar el sistema inmunitario".
Además, indicaron que se aconseja la administración de nirsevimab para el inicio de la temporada de circulación del virus.
Hasta el momento, nuestro país disponía únicamente de un anticuerpo especial (llamado palivizumab) para prevenir el VSR en los niños menores de 1 año que fueron prematuros de muy bajo peso al nacer y en aquellos con cardiopatías congénitas.
El Ministerio de Salud de la Nación garantiza el acceso al palivizumab para estos grupos de más riesgo del Sistema Público de Salud, en todo el país.
"Este nuevo fármaco no es una vacuna, pero merecería ser dada como una profilaxis general. Obviamente primero hay que ver el precio o ver si el laboratorio tiene suficiente, no se va a implementar en un día. Cuando se tenga y se pueda implementar con un valor razonable, es un anticuerpo que vos le das y que le dura todo ese tiempo", valoró Vain.
> De qué se trata la bronquiolitis
La bronquiolitis es una infección respiratoria aguda que ocurre con mayor frecuencia en los meses de otoño-invierno y afecta sobre todo a los menores de un año, que puede ser causada por distintos virus, el más común es el Virus Sincicial Respiratorio (VSR) y que mayormente se cura en dos semanas.
Los menores de 3 meses, prematuros y aquellos con problemas crónicos de salud (como las cardiopatías, las enfermedades pulmonares crónicas o el compromiso de la inmunidad) tienen más riesgo de presentar formas graves, informó el Ministerio de Salud.
Esta enfermedad afecta las vías aéreas pequeñas (inflamación de los bronquiolos), provoca distintos grados de dificultad para respirar y se manifiesta con agitación, tos, decaimiento, dificultad para alimentarse o dormir. Al no existir tratamientos para el virus (no hay jarabes ni antibióticos), es fundamental controlar que el compromiso respiratorio no afecte la oxigenación normal y asegurarse de que el bebé pueda alimentarse e hidratarse lo suficientemente bien, pese a la dificultad respiratoria, agregó.
La mayoría de los niños y niñas con bronquiolitis se curan en aproximadamente en dos semanas. En algunos casos pueden quedar con mayor sensibilidad bronquial durante un tiempo y ser propensos a cuadros recurrentes de dificultad respiratoria.
> Los síntomas que despiertan alertas
Se sospecha que un bebé tiene bronquiolitis si tiene uno o más de estos signos: respiración muy rápida; aletea la nariz; se le hunde el pecho o las costillas al respirar y se queja mientras respira. Asimismo, si al bebé se le entrecorta la alimentación o le cuesta prenderse al pecho; está irritable o le cuesta dormirse; si tiene color azulado en la piel, las uñas o los labios, debido a la falta de oxígeno (cianosis), en cuyo caso se necesita tratamiento urgente.
Respecto a la prevención de la bronquiolitis, el Ministerio sostiene que los virus causantes de la infección respiratoria aguda se transmiten de una persona a otra por el contacto directo entre las manos y superficies contaminadas, y a través de las secreciones nasales o las gotitas de saliva que viajan por el aire cuando una persona enferma habla, estornuda o tose.
Las medidas que contribuyen a prevenir la infección son: mantener la lactancia; cumplir con el Calendario Nacional de Vacunación; no exponer a los niños al humo del cigarrillo ni de braseros o estufas a leña; higienizar frecuentemente, con agua y jabón, los elementos del bebé (chupetes, juguetes) y las superficies donde se lo cambia o donde se preparan sus alimentos. Además, practicar el lavado de manos frecuente, a los niños y a los convivientes, con agua y jabón; se puede reforzar la higiene con alcohol en gel.