Buenos Aires, 11 de Abril.- Clorindo Manuel José Testa había nacido en la ciudad de Ceppaloni (Italia) el 10 de diciembre de 1923. Fue el arquitecto argentino que consiguió mayor trascendencia en la segunda mitad del siglo XX por la magnitud de al menos dos obras en la historia de la arquitectura argentina: el Banco de Londres y la Biblioteca Nacional. Fue además artista plástico.
Había llegado a la Argentina con su familia cuando tenía pocos meses de edad. Estudia por un breve lapso de tiempo ingeniería electromecánica, con la intención de acceder a la escuela de Ingeniería Naval en la Universidad de La Plata. Luego, casi por azar, ingresó a la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Buenos Aires.
En 1949 obtuvo una beca de la Universidad de Buenos Aires para realizar un viaje de estudios a Europa. Regresó después de 3 años a Buenos Aires y gana el Concurso Nacional para la construcción del edificio de la Cámara Argentina de la Construcción.
En 1959 ganó el concurso de construcción de la Casa Central del Banco de Londres y América del Sur. Allí desarrolla un complejo tratamiento plástico de la fachada, con espacios llenos y vacíos, utilizando el hormigón y otorgándole al edificio un aspecto monumental, lo que hace de esta obra un paradigma de la arquitectura mundial de la década del 60.
Este edificio significó su salto a la fama a un nivel internacional y su aparición como figura de la arquitectura en las publicaciones de la época en todo el mundo. El edificio fue concluido e inaugurado en 1966, y llamó la atención de toda la comunidad por su estilo absolutamente innovador y provocador, así como por abrir una plaza semicubierta y pública en un área muy densa y de calles estrechas en el centro porteño.
Tres años más tarde, en 1962 junto a Francisco Bullrich y Alicia Cazzaniga obtuvo el primer premio en el concurso de construcción de la Biblioteca Nacional. Esta obra pública se estructura en dos ámbitos: una mitad subterránea, en donde se ubican gran parte de los libros; y una mitad elevada, que emerge apoyándose sobre cuatro columnas, el sector público en el cual se ubican el salón de exposiciones, los sectores administrativos, las salas de lectura y la terraza. A esta parte superior, Clorindo Testa la denominaba "el Gliptodonte".
Esta obra quedaría demorada en su construcción 30 años, inaugurándose en 1992, aunque nunca se terminarían de construir los parasoles perimetrales, dando el edificio una imagen de inconcluso. El ex director de la Biblioteca Nacional, Elvio Vitali, durante el corto lapso de su gestión (2004-2005) intentó dotar a la Biblioteca Nacional de esos parasoles, pero su inclusión nunca llegó a concretarse.
En 1970 ganó el proyecto del Hospital Naval Central de Buenos Aires. Esta obra ocupa la totalidad de su manzana frente al Parque Centenario, y sería terminada recién en 1982. Se trata de una concepción plástica de la arquitectura que se acerca al primer postmodernismo, con la forma explícita de navío, lo que incluye las ventanas similares a ojos de buey y los tanques de agua tratados para asemejarse a la torre de control de un barco.
En 1979 gano junto a Jacques Bedel y Luis Benedit el concurso del Centro Cultural Recoleta de Buenos Aires, para remodelar el edificio histórico que sirvió de convento, cárcel y asilo. Un antiguo convento de los monjes recoletos fue aprovechado para trazar un recorrido lineal y brindar a los tres patios una identidad temática, al tiempo que la terraza fue despejada de las construcciones que la ocupaban para abrir la vista al amplio conjunto de plazas.
Diez años más tarde, un inversor privado encargó a Testa el diseño del Buenos Aires Design, un centro comercial especializado en diseño y decoración, semi-enterrado bajo la terraza del Centro Cultural y conectado con la superficie por dos caladuras escalonadas que permiten el ingreso de luz desde el nivel superior. El muro de contención del antiguo convento fue transformado en una arcada, con una galería a la cual se abren los locales del centro comercial.
Otra obra fue la remodelación total del Balneario La Perla en la ciudad de Mar del Plata, para la cual propuso una extensa plataforma que aprovecha la barranca natural y el desnivel del terreno para elevarse sobre un conjunto de balnearios y locales comerciales, sin estorbar la vista desde el nivel de la avenida costanera. Terminada en 1985, esta intervención urbana genera una serie de "balcones" sobre la plataforma, que permiten la contemplación de las playas y el mar en un entorno tratado casi escultóricamente.
Su estudio estaba ubicado en la tradicional esquina de las
avenidas Santa Fe y Callao, y allí trabajó hasta hace poco tiempo, cuando su edad avanzada se lo impidió.
Sus restos serán velados desde esta tarde en la Sociedad Central de Arquitectos y despedidos mañana en el cementerio de la Recoleta.