Tras el inesperado y resonante triunfo del candidato republicano Donald Trump en las elecciones presidenciales de EEUU, que tienen en shock al mundo, la pregunta obligada hoy es hasta dónde llevará a la práctica el controvertido magnate sus promesas de campaña que tienen su eje en la antiglobalización y la sexofobia. 

En su discurso de la victoria en la madrugada de ayer sorprendió porque lejos de tomarse revancha se mostró conciliador, llamó a la unidad nacional, felicitó a Hillary Clinton, y convocó a republicanos y demócratas a trabajar juntos ‘para recuperar el sueño americano’. Sabe que su triunfo dejó una herida abierta ya que el electorado quedó dividido literalmente por la mitad tras la contienda. Trump ganó más de los 270 electores que lo consagrarán como el próximo presidente de los EEUU, pero en porcentaje de votos ganó Hillary. Clinton supera a Trump con sus más de 59,18 millones de votos, por encima de los 59,04 millones del republicano, una cifra que puede aumentar ligeramente a favor de la demócrata mientras se completa el escrutinio en la costa Oeste y Alaska.

Como presidente, el locuaz magnate inmobiliario estará en condiciones de cambiar drásticamente la forma en que EEUU maneja la inmigración, el comercio y una serie de otras políticas. Sin embargo, buena parte de sus propuestas más ambiciosas requerirán de la cooperación del Congreso del que tiene mayoría. A continuación, un resumen de los principales planes de política interna de Trump:
 
Comercio: Considera que los acuerdos comerciales internacionales han afectado a los trabajadores y a la competitividad del país. Prometió ‘mano dura‘ con China, retirarse del Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP), que todavía no está finalizado, y renegociar o desechar el Tratado de Libre Comercio para América del Norte que EEUU tiene desde 1994 con México y Canadá. 

Como presidente, Trump tiene cierto poder para aumentar los aranceles a países como China. Podría también retrasar el TPP, incluso si el Congreso lo aprueba. Tales movimientos dañarían la economía al forzar a los consumidores a pagar precios dramáticamente más altos por todo, desde heladeras hasta remeras. Las exportaciones estadounidenses, como aviones y soja, probablemente también sufrirían el impacto.

 

Inmigración: Trump prometió construir un muro a lo largo de la frontera mexicana, deportar a millones de inmigrantes indocumentados y prohibir la inmigración desde países que han estado ‘comprometidos con el terrorismo‘. Esas políticas no serían baratas. El muro costaría entre 8.000 y 12.000 millones de dólares. Trump ha dicho que obligará a México pagar por el muro, pero no tiene poder para forzar a otro país a gastar dinero en algo que no quiere.

 

Salud: Prometió derogar la Ley de Protección al Paciente y Cuidado de Salud Asequible del presidente Barack Obama, popularmente conocida como ‘Obamacare‘, y reemplazarla por un sistema que daría a los estados más control sobre el plan de salud para los pobres conocido como Medicaid. Para esto necesitaría la acción del Congreso y los republicanos podrían tener dificultades para obtener los 60 votos necesarios para avanzar en el Senado para derogar la ley. Los republicanos podrían enfrentar una reacción pública si derogan una ley que ha proporcionado atención médica a millones de estadounidenses.

 

Impuestos y gastos: Trump impulsa profundos recortes de impuestos a los ricos para que generen más empleo, aunque anunció que protegerá los populares programas de salud y jubilación, que representan más de un tercio del gasto del Gobierno. Esa combinación, aumentaría masivamente la deuda nacional. En impuestos, obtendría mucha ayuda de los republicanos en el Congreso, que han estado sentando las bases para una reforma al código tributario que reduciría las tasas y cerraría las lagunas impositivas. No obstante, enfrentará la feroz resistencia de los propietarios de viviendas, empresas y otros grupos de interés que se benefician de las actuales exenciones fiscales.

 

Regulación de Wall Street: Pretende un ‘desmantelamiento‘ de la ley de reforma financiera de 2010 Dodd-Frank, promulgada tras la crisis económica global, pero ha dado pocos detalles sobre cómo hacerlo. La plataforma del Partido Republicano pide el restablecimiento de la ley Glass-Steagall, una iniciativa que en la década de 1930 obligó la separación de los bancos de inversión de las instituciones de captación de depósitos. 

 

Estado Islámico: Trump ha ofrecido pocos detalles sobre sus planes para luchar contra Estado Islámico, pero ha dicho que ‘golpearía el infierno‘ del grupo militante. El presidente electo dijo que se oponía a aceptar a los refugiados que huyen de la violencia en Siria y aseguró que creará ‘zonas seguras‘ que a su juicio serán financiadas por los países del Golfo Pérsico. Para Obama una zona segura en Siria requeriría un gran compromiso militar estadounidense, algo que podría resultar impopular si se considera que los estadounidenses están cansados de las largas guerras en Irak y Afganistán.

 

Corte Suprema: Con una vacante en la Corte Suprema y probablemente varias más en los próximos cuatro años, Trump tendrá la oportunidad de poner un sello conservador en los tribunales nacionales durante las próximas décadas