Buenos Aires, 18 de enero.- Las 4 principales centrales obreras ya anunciaron públicamente sus metas, que van desde el 20% al 35%, siempre hablando de pisos y no de techos. El porcentaje encendió la alarma entre todas las cámaras empresarias, algunas de las cuales acordaron reunirse en las próximas horas para comenzar a diseñar una estrategia conjunta.
Paradójicamente, el que puso el tema en el debate fue el propio Hugo Moyano,con quien el oficialismo había acordado manejar las negociaciones públicas en un nivel de prudencia. El titular de la CGT dijo el viernes que el piso de los incrementos salariales de este año debe ser del 20%, lo que preocupó al propio Gobierno. Sucede que en el último diálogo entre Cristina de Kirchner y el camionero (el jueves pasado en Olivos), la cuestión pasó casi inadvertida y no hubo ningún tipo de reclamo específico de parte del sindicalista. En el Gobierno entendieron entonces que el tema estaba encaminado y que recién a mediados de febrero, tal lo estipulado originalmente en las reuniones previas entre enviados del gabinete y Moyano, se discutiría. Mientras tanto, el Gobierno se concentraría en solucionar cuestiones como la de los tercerizados y conflictos sindicales como el de los trabajadores agropecuarios.
Enviados del Gobierno intentaron el fin de semana frenar a Moyano y sus reclamos, y consiguieron que ayer el titular de la CGT apelara al clásico «me sacaron de contexto». Sin embargo, el porcentaje ya era público y desató la catarata de reclamos de parte de las otras tres agrupaciones gremiales; las dos CTA, la oficialista y la opositora, y la CGT Celeste y Blanca de Luis Barrionuevo.
Para el Gobierno, tan sorprendentes como frustrantes fueron las declaraciones deHugo Yasky, desde la CTA más cercana al oficialismo. El dirigente docente habló de un piso del 25% y alarmó a parte del gabinete. Sucede que Yasky pertenece a un sector crucial oficial al representar a los gremios docentes de varias provincias, incluyendo la de Buenos Aires. Si efectivamente se incrementaran los salarios de maestros y profesores un 25% de piso este año, aseguran algunas administraciones provinciales, muchas cercanas al Gobierno, su situación fiscal podría colapsar. Con Yasky, además militan otros sindicalistas que representan a la actividad privada, como el titular del gremio de neumáticos Pedro Waisejko, que trasladaría ese porcentaje a sus discusiones.
Inmediatamente después en el nivel de reclamos apareció ayer la CTA lejana al Gobierno, que comanda Pablo Micheli. Éste pidió un piso de incrementos de 30%, lo que preocupó aún más al Gobierno. Michelli es el representante de una parte importante de los trabajadores vinculados a la administración pública nacional; y, a diferencia de los docentes, los aumentos deberían ser pagados directamente con fondos provenientes de las arcas del Tesoro nacional. El problema aumenta al considerarse que este año no existe la pauta fijada en el Presupuesto nacional, ya que el Congreso no aprobó el proyecto del oficialismo. Hasta ahora, desde el Gobierno no hubo propuesta para medir el incremento salarial para el sector público durante 2011; pero ya se descarta que será mucho menor que ese 30% y se acercará más al 20%, o menos, de Moyano. Dentro de esta CTA militan sectores que reclamarán aumentos similares, como los trabajadores de subtes y los nuevos ferroviarios extercerizados.
Más lejos todavía en el porcentaje es el 35% que plantea Luis Barrionuevo desde su CGT Celeste y Blanca, al que el Gobierno adjudica intencionalidad política. Sin embargo, empresarios que deben discutir con el gastronómico recuerdan que ése es el incremento que tuvieron que firmar en 2010.