Los Rolling Stones pondrán la banda sonora del momento histórico que vive Cuba. El grupo de rock más importante del planeta actuará por primera vez en su historia en la isla caribeña, donde durante años sus discos estaban prohibidos y eran símbolos del capitalismo. También se le puede dar la vuelta: Cuba, la isla dirigida por el régimen castrista desde 1959, acogerá por primera vez un concierto de los Stones. Se mire por donde se mire, la conclusión es la misma: una cita histórica.
La banda británica tocará el 25 de marzo en la Ciudad Deportiva de La Habana. “Hemos tocado en muchos lugares especiales durante nuestra larga carrera, pero este espectáculo en La Habana va a ser un hito para nosotros y esperamos que lo sea también para todos nuestros amigos en Cuba”, ha señalado la banda en el comunicado, divulgado en su web. Este hito no es el único en la isla, donde se acumulan las citas históricas en el mes de marzo. Tal y como reconoce Natacha García, jefa de prensa del Instituto Nacional de Música, dependiente del Ministerio de Cultura cubano, la primera fecha que se barajaba para el concierto era el 19 de marzo, pero hubo que “retrasarla ante otra visita histórica”: la del presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, prevista para el día 21 de marzo y en el Estadio Iberoamericano, que están remodelando y pintando para la ocasión y donde también habrá un partido de béisbol entre un equipo cubano y uno estadounidense.
En conversación telefónica, García se entera del anuncio de los Stones a través de la llamada de EL PAÍS. Tanto les ha pillado desprevenidos que al presidente del Instituto, Orlando Vistel, anda fuera de La Habana cuando esperaban comunicarlo oficialmente mediante una conferencia de prensa. La agencia de comunicación de la banda se les ha adelantado y, encima, les pilla “sin luz durante toda la mañana”. Con todo, la responsable de prensa cubana habla de momento “histórico” y asegura que fue el manager del grupo el que se puso primero en contacto con el Gobierno cubano.
Los Stones arrancaron el pasado 3 de febrero en Chile su gira latinoamericana llamada Olé Tour, que ha pasado por Argentina y Uruguay y, ya se sabe, concluirá, tras su paso por México, en Cuba. Los rumores de este concierto histórico se dejan oír por las calles de La Habana desde el año pasado. Concretamente, desde que el diario oficialista Granma publicó la información de la visita de Mick Jagger, cantante de los Stones, a la capital cubana. El periodista Michel Hernández, especializado en música rock, fue el responsable de esa información. Por teléfono, explica que “ha habido un millón de etapas” y “un año de negociaciones” hasta llegar a cerrar todos los detalles de “este espectáculo que jamás se ha visto en Cuba”.
La jefa de prensa del Instituto señala que el primer contacto llegó en febrero del año pasado cuando la banda The Dead Daisies, que cuenta con Darryl Jones y Bernard Fowler, ambos integrantes de la formación que acompaña a los Stones en esta gira, tocó en La Habana. “Mostraron su predisposición a volver con los Rolling Stones y a hacer de mediadores. Les parecería una gran idea”. Hernández también hace hincapié en la visita posterior que hizo Mick Jagger por su cuenta en octubre. “Jagger lo pasó muy bien acá. Fue a clubs privados y bailó con gente. Incluso tocó con el grupo Interactivo. Los camareros me contaron que bebía cervezas Cristal, y le gustaba el ambiente”, recuerda.
Una persona clave en estas negociaciones ha sido el embajador británico Timothy Cole, al que Jagger visitó durante su estancia cubana. También Orlando Vistel, “la voz oficial” de todas las negociaciones, según fuentes del diario Juventud Rebelde consultadas por este periódico. En los últimos meses, han sido varios los encuentros de Vistel con el equipo de promoción para preparar toda la compleja cita, que será gratuita para los cubanos y “seguramente”, cuenta Hernández, tendrá un coste de “algún peso” para los extranjeros. “Quieren que sea un regalo para el pueblo”, afirma Hernández, quien duda de que la Ciudad Deportiva, un “estadio clásico como Maracaná” pueda albergar a toda la gente que quiere acudir. “Hay cubanos de Alemania, Irlanda, España y muchos países que ya quieren venir”, afirma. Este concierto “gratuito” podría convertirse en uno de los más multitudinarios de la historia, si bien los propios Stones reunieron en 2006, en la playa de Copacabana de Río de Janeiro, a más de 1,3 millones de espectadores. Difícil lo tendrán.
Mientras tanto, Cuba se prepara para los Rolling Stones, hoy una megaempresa capitalista de rock pero en otros tiempos epítome de la rebeldía juvenil. “Es un acto de reparación de una injusticia histórica con los Beatles y los Stones”, dice por teléfono el escritor Leonardo Padura. Por escucharlos te abrían expediente por desafecto al régimen, por extranjerista, incluso podías ir a prisión por tu afición a los “ritmos del capitalismo”. Los discos de los dos grupos estaban prohibidos. “Mi generación los escuchó casi a escondidas. Sonaban de vez en cuando en la radio, poco y mal, y no se televisaban. Si alguien me hubiese dicho cuando era adolescente que algún día el grupo británico pudiese actuar en mi país, le hubiese dicho que era un enfermo mental sin causa posible de reparación”, cuenta Padura.
“Los propios organizadores ignoran la simbología del evento’, dice el periodista del Granma. “Empataremos la película con el resto del mundo”, comenta la escritora Wendy Guerra. “Este concierto supone dos cosas: el fin de la política musical y una ruptura con la estética oficial. Durante años, no se podía imitar su estética, te detenían. Yo iré por mi madre, que trabajaba en una emisora; no soy demasiado roquera, pero es una actitud política. De triunfo”.
Vanito Brown, un cantante cubano que empezó con el grupo de rock Lucha Armada y que luego fundó la banda Habana Abierta, se muestra feliz. “¡Más vale tarde que nunca!”, exclama Brown, que se fue a vivir a España en 1995, donde residió durante 18 años, y que lleva apenas año y medio en Miami. “La visita es especialmente significativa por cómo se ha tratado el rock en Cuba. Yo conocí a los Rolling Stones cuando estaban prohibidos, cuando te metían preso por escuchar música del enemigo. Ha habido mucha gente condenada por este motivo. Ellos son el pilar del rock y de la modernidad”.
En la misma línea se manifiesta la artista plástica Diana Fonseca, desde La Habana: “Es un choque brutal que se produzca este concierto. Una élite sí escuchaba sus discos. En unos días pasearán por nuestra isla Obama y Mick Jagger. Algo increíble”. No piensa lo mismo el músico Paquito D’Rivera, desde Los Ángeles: “Todos los hoteles donde se hospeden y lugares en los que toquen han sido robados a sus legítimos dueños; todo ha sido decomisado. Los Rolling Stones legitiman al Gobierno, que toquen no mejora absolutamente nada”. Sea como sea, qué duda cabe: un concierto de Rolling Stones en La Habana será mucho más que un concierto. La historia se citará allí para todos.