A Érica le encanta hacer garabatos con lápices de colores y armar la mochila. A pesar de que tiene 4 años aún no pudo ir al jardín. Tiene síndrome de Down y, según dijo su mamá, en las escuelas de Educación Especial sólo hay sala de 5. Pero ahora tendrá la oportunidad de aprender a escribir su nombre, hacer dibujos y de compartir la merienda con chicos de su misma edad que no tienen capacidades especiales. Y totalmente gratis. Es que el municipio de Santa Lucía puso en marcha un proyecto para recibir en sus jardines maternales a chicos Down de entre 3 y 4 años, que provengan de cualquier departamento. Es la primera vez que se lleva a cabo una medida similar en la provincia.
Este proyecto de inclusión surgió a través de un convenio con la Escuela de Educación Especial Aleluya, que está en Santa Lucía. Fue por sugerencia de las autoridades de esta institución. ‘En el edificio de esta escuela funciona el Centro de Educación y Atención Temprana Anidar, que trabaja con chicos Down de 0 a 4 años en lo que se refiere a estimulación terapéutica, pero que no reciben educación. Las autoridades de la escuela nos contaron que varios padres averiguaron si podían enviar a sus chiquitos Down al jardín de 4, pero en la institución sólo hay jardín de 5. Por eso decidimos concretar este proyecto con la idea de darle la oportunidad de empezar a estudiar a estos niños’, dijo Silvia Fuentes, directora de Cultura y Educación de Santa Lucía.
La funcionaria dijo que este proyecto tiene por objetivo no sólo la integración de los chicos, sino también prepararlos para que puedan ingresar a la sala de 5 con los conocimientos básicos como dominar los lápices, distinguir los colores, y saber diferenciar números de letras, compartir y respetar algunas normas, entre otros.
También agregó que la escuela Aleluya se encargará de capacitar gratis a las maestras de los 20 jardines municipales de Santa Lucía y de brindar todo el asesoramiento necesario para que las docentes puedan llevar adelante con éxito las clases integradoras que arrancarán el próximo miércoles.
La noticia sobre la concreción del proyecto revolucionó la casa de Érica. Su mamá salió de inmediato a comprarle una mochila nueva y la lunchera para la merienda. En tanto que sus dos hermanos mayores se encargaron de elegir los lápices y crayones para armarle la cartuchera. La familia completa la acompañará en su primer día de clases el próximo miércoles. ‘No hay palabras para explicar lo feliz que estamos por esta oportunidad que tiene Érica. Estamos convencidos de que ir al jardín la va a ayudar a aprender a hablar y caminar. Por problemas de corazón estuvo internada dos años y recién está pronunciado algunas palabras y recuperando la movilidad de su cuerpo. Después de que la operaron del corazón y que dejó de tomar 10 medicamentos diferentes por día, quisimos que fuera a un jardín maternal, pero no la recibían por ser discapacitada. Ahora empieza una nueva etapa para su vida’, dijo su mamá Sandra Riveros.