Buenos Aires, 8 de junio.- La asamblea de la plaza Catalunya de Barcelona, otro de los puntos más álgidos de la protesta, también aprobó que se dejara de pernoctar allí, pero aún no hay fecha para que se levante el campamento ya que existe un núcleo duro que se opone a ello.
El deterioro en el campamento es evidente y muchos manifestantes consideran que de permanecer seguirán perdiendo fuerza. Un grupo más duro, los jóvenes "antisistema", son los que se resisten a abandonar el lugar.
“La Asamblea de Sol alcanza un consenso importante y unánime: el domingo día 12 se levanta la acampada”, indicó el movimiento en un comunicado.
Presionados por los comerciantes de la zona y ante la menor afluencia de manifestantes, el lunes ya se había reestructurado la acampada para reducir el espacio que ocupa en la madrileña Puerta del Sol, donde el pasado 15 de mayo se encendió la llama de esta protesta que exige un cambio político y social.
Sin embargo, la lluvia retrasó la decisión crucial de levantar o no el campamento, a pesar de que el tema estaba consumiendo el debate y desgastando al movimiento.
Anoche, luego de más de cinco horas de intenso debate, los manifestantes acordaron concretar la retirada, aunque la minoría disidente, que quiere permanecer en las plazas, presentará hoy propuestas alternativas para someter a votación.
“Si no se aprueba ninguna de estas propuestas y alguien sigue, será sin el apoyo de la Asamblea y por su cuenta y riesgo”, sostiene el movimiento.
La propuesta consensuada para dejar la Puerta del Sol prevé la celebración el próximo domingo de una asamblea barrial y otras actividades festivas que preparará la comisión de Acción para abandonar el simbólico lugar.
“Esto no se acaba, nos transformamos para seguir movilizándonos”, señalan los indignados, quienes a partir de ahora se concentrarán en continuar en las asambleas de los barrios y pueblos de España.
En la Puerta del Sol mantendrán un punto de información, y la idea es encontrar un mecanismo para realizar asambleas de forma periódica.
Según subrayó una portavoz, Ana, la acampada es “una herramienta al servicio del movimiento y no un fin en sí mismo”.
“Tenemos que encontrar la forma de no perder fuerza, de regenerarnos, y las asambleas de los barrios son claves para ello”, añadió.
El pasado fin de semana, representantes de todas las acampadas del país acordaron realizar dos grandes acciones.
El sábado acudirán a protestar a la toma de posesión de los alcaldes elegidos el pasado 22 de mayo para boicotearlos, y el 19 de junio está prevista una movilización a nivel estatal.
El movimiento de los indignados o 15-M, por la fecha en que comenzó la protesta, sacó a la calle a decenas de miles de personas en toda España durante la primera semana de movilización, y tuvo su punto más alto en la víspera de las elecciones municipales y autonómicas del 22 de mayo.