.”Las capacitaciones fueron en general muy buenas, ya que nosotros hemos llegado a subir los rendimientos de manera importante, siempre gracias a la tecnología incorporada”, dijo Héctor Vicente Oliver. Su esposa Estela Puchol agregó: “Subimos bastante la producción, ahora llevamos muchos kilos a las bodegas, antes nos quitaba un gran porcentaje la piedra y teníamos buen manejo del parral”. “Creo que hoy hemos llegado a un buen lugar, ahora tenemos que mantenernos, que es, quizás, lo más complicado”, aseguró Fito Camporro. También se explayó Claudio Pastor: “Queremos seguir, como cooperativa o agrupados… y la idea principal es con el mismo ingeniero agrónomo, con el cual ya hay afinidad y nos hemos entendido bien en estos años de intercambio de opiniones”. Comentó Héctor Oliver: “Pienso que lo mejor de todo es lo que aprendimos”. “Para mí, los marcó mucho el último viaje de capacitación a Chile, por las VI y VII regiones, donde vieron viticultura de precisión, uso de GPS, plantación según curvas de nivel hídrico, uso de portainjertos en vides finas con resultados muy buenos para las elaboraciones, aprovechamiento de las calicatas y otras cosas”, expresó, por su parte, Viviana Castro. “En Chile, con un protocolo legal hacen los análisis en los laboratorios de las universidades, y se sabe bien el nivel del vino obtenido con esas uvas por el productor, de manera que no lo engañe el bodeguero diciendo que eran de baja calidad y cuestiones similares; hay mucho apoyo interdisciplinario”, adicionó Claudio Pastor. Monfort destacó “además con sensores y equipamiento tecnológico directamente comunican a los celulares de los productores y les dan los alertas para curar contra oidium y botrytis, esto lo vi excelente!” Nuevamente opinó Oliver “creo que algo muy bueno que se dio en este grupo es el intercambio de opiniones entre todos”. “Cuatro años es un período muy corto para armar algo serio, pero cuando pedimos que lo extiendan nos dijeron que no, deberían ser de 6 por lo menos”, Sra. de Oliver.