Buenos Aires.- Durante los últimos días Arabia Saudita saltó a las portadas de los periódicos en todo el mundo por su duro enfrentamiento con Irán, que incluyó la destrucción de parte de su embajada en Teherán. Pero antes de esto, también se la conocía a nivel mundial, entre otras cosas, por las insólitas prohibiciones y restricciones que aplica contra las mujeres que habitan en su territorio.
Una de ellas es la prohibición de conducir vehículos. El argumento que esgrimen las autoridades de Riad para justificar esta medida es que busca cuidar a las mujeres, porque si manejaran tendrían que destapar sus rostros y, además, dejarían más su hogar, algo por lo que correrían peligro.
El sexo femenino también sufre ciertas restricciones a la hora de trabajar, ya que hay determinados empleos a los cuales la dinastía de la familia real Saud no les permite acceder. Por este motivo es que las mujeres sauditas deben desempeñar sus tareas en las áreas de la educación y de la medicina.
Otra de las inentendibles prohibiciones que serían inaceptables en el mundo occidental es la de mezclarse con hombres solteros, por lo cual en muchos restaurantes sauditas hay una fila para hombres y otra para mujeres. La mayoría de los centros comerciales sólo permiten ingresar a familias y no a personas solteras y en los lugares para comer hay dos zonas: una para las familias y otra para las personas solteras.
A pesar de que en su momento existieron gimnasios para mujeres dentro del territorio saudita, finalmente la dinastía gobernante decidió cerrarlos. Además, tanto en escuelas como en universidades no hay clases de gimnasia para mujeres y ni siquiera hay mujeres deportistas a nivel profesional. E incluso Arabia Saudita ha tenido problemas con el Comité Olímpico Internacional (COI) por no haber enviado nunca delegadas femeninas a las diversas competiciones.
Sin dudas, en el mundo musulmán, y en particular en Arabia Saudita, la religión es un tema directamente de Estado. Y por esto es que en el país donde se encuentran La Meca y Medina está prohibido no profesar el islam, bajo amenaza de pena de muerte.
Además de las anteriores restricciones, en Arabia Saudita existen otras ‘más light’ aunque no por ello menos insólitas. Uno de estos ejemplos es el de la prohibición de las clases de música dentro de las escuelas públicas. Aunque en este caso el tema es más abarcativo, ya que tampoco pasan música en las tiendas, los centros comerciales, las escuelas y las universidades.
Dentro del reino petrolero no existen salas de cine, porque se considera que allí los hombres y mujeres pueden mezclarse sin ser supervisados, lo que llevaría a que se cometan actos que no están permitidos antes del matrimonio, según publica el sitio iMujer.
Fuente: Infobae