Si bien las plumas, las bailarinas y el ritmo de las batucadas fueron las grandes estrellas del arranque del Carnaval Por Siempre Chimbas, la puntualidad del festejo encantó al público. Es que años anteriores, el corso comenzaba al menos 2 horas después de lo previsto. Este año, minutos antes de las 23.30 la primera agrupación se adueñó de la calle y eso hizo que la gente estallara en aplausos.

El corsódromo de la calle Manzini, en el barrio Los Pinos, estuvo colmado de espectadores. Según los datos de la Policía hubo unas 40.000 personas, de distintos departamentos, que coparon los más de 1.000 metros del recorrido. Incluso hubo personas que se subieron a los techos de sus casas para no perderse ni un detalle del espectáculo que duró 3 horas y que puso en escena a unos 1.300 artistas de todas las edades. ‘Todos los años vengo a ver mis nietos que bailan en una comparsa, pero me canso de esperar. Ahora empezó a la hora que prometieron. Eso es muy lindo, porque vamos a poder ver todo el corso‘, dijo Beatriz Carámbula, una mujer que llevó su reposera para ver el show cómodamente. Al igual que ella, muchas personas del público aplaudieron la medida de comenzar temprano para poder disfrutar de las 9 agrupaciones.

El Centro Cultural Rayuela fue el encargado de subir el telón. Con plumas anaranjadas Betiana Villegas, la pasista de la agrupación, fue la primera en mover su sensual cuerpo, lleno de brillo. Mientras que detrás de ella, una veintena de músicos identificados con amarillo, rojo y verde la acompañaron con cánticos y con pegadizos ritmos. Después fue todo fiesta. El carnaval tuvo de todo. Sirenas, osos y hasta una banda en vivo hicieron que la gente no se moviera de sus lugares.