La Iglesia, a través del presidente de la Comisión Episcopal de Pastoral Social, Jorge Lozano alertó ayer que el problema inflacionario en Argentina afecta las clases bajas.
El obispo de Gualeguaychú advirtió sobre los efectos de la inflación
sobre los sectores pobres y la clase media, cuyo salario “se estanca y no alcanza para seguirprogresando”.

Para darle un marco objetivo a su advertencia, Lozano citó estudios de la Universidad Católica Argentina que indican que
“hay una preocupación de la gente por perder el trabajo aunque
no lo esté perdiendo” y sostuvo que “la situación es un poco
más delicada y hay una especie de amesetamiento”.

Según comentó, “a través de Cáritas notamos que empieza a haber
una mayor demanda de alimentos”, pero al mismo tiempo
celebró que “la designación del Papa Francisco ha introducido
un clima de convivencia, de cordialidad y disponibilidad al diálogo”.
“Está faltando un espíritu mayor de diálogo, me parece que
después de la designación del papa Francisco está faltando un
clima más permeable al diálogo”, dijo Lozano.

El religioso, que aprovechó para recordar que los datos del INDEC
“hace rato que están cuestionados”, comentó que “es
cierto que hay un 6 por ciento de pobres que viven con menos
de 1.500 pesos, pero también hay un 10 o 12 por ciento que vive
con 1.700 o 1.900 pesos que no los hace salir de la línea de la pobreza”.

Si bien Lozano es el primer obispo en poner tan abiertamente en el tapete el drama de la inflación, el punto crucial es que la Iglesia dispone de múltiples estadísticas que muestran
exactamente lo que está pasando. Pero, además, con esa bajada
de línea que impuso Jorge Bergoglio antes de ser elegido
Papa y que hoy amplifica a nivel universal, los curas que caminan
y que no son gestores, quienes transitan a su pedido desde
hace mucho tiempo en la Argentina villas y barrios humildes,
ven a la cara a la marginalidad, la pobreza, la droga, la prostitución, las malas condiciones de salud, etc.

Lozano fue una pieza clave para el diálogo que supo construir
Bergoglio con algunos empresarios antes quienes destacó la importancia de combatir el trabajo esclavo y la necesidad de una remuneración justa.

Incluso se especulaba que Lozano sería nombrado por Bergoglio
como su suceso, pero finalmente se decidió por Mario Poli.