La apertura comercial de la Nación, al levantar ayer las licencias no automáticas para las importaciones -lo que implica que ya no será necesario la autorización oficial para ingresar productos-, despertó dudas a nivel local debido al desconocimiento de los detalles de cómo será aplicado. Por un lado, la secretaria de Industria y Comercio, Sandra Barceló, dijo que "habrá que esperar para ver cómo se instrumenta, ya que se ha dado a conocer de esta nueva resolución pero no sabemos aún si se acompañará con otra nueva medida". Barceló agregó estar convencida que la medida "se va a complementar con otro paso" y mencionó que el jueves también se impuso un arancel del 35 por ciento para importar productos, "y aún se desconocen cuáles son". La funcionaria defendió el régimen de cerrojo a la importación que estuvo aplicando el Gobierno "porque había rubros poco competitivos que rogaron que éstas se aplicaran" y dudó sobre el impacto que puede llegar a tener esta flexibilización sobre esos sectores. "A lo mejor para algunos rubros les viene bien, pero hay que ver con sectores como los torneros o metalúrgicos", dijo la funcionaria. Los rubros metalúrgico y de tornería tuvieron un fuerte impulso en San Juan a partir de la sustitución de importaciones en la minería que impulsó el Gobierno nacional. No obstante, ayer Fabrizio Benedetti, responsable de la Mesa Homologación Minera Nacional y titular de la Cámara Argentina de Proveedores de Servicios Mineros, dijo que esos rubros no corren riesgo con esta flexibilizacion de las licencias no automáticas. "En minería no afectará porque gracias a la Mesa de Homologación ya se han desarrollado los productos que hacen falta para la minería en el país. Probablemente ya no hacen falta estas licencias no automáticas, porque las mineras cuando quieran importar deben demostrarle primero a la Mesa de Homologación que no se fabrica en el país y bajo las normas requeridas. Todas las empresas mineras tuvieron que crear su departamento de homologación y por eso las firmas que están bajo la resolución minera no se van a ver afectadas", aseguró Benedetti.
Las normas derogadas fueron puestas en marcha entre 2007 y 2011, momento desde el cual Argentina comenzó a incrementar gradualmente sus medidas de protección comercial, y abarcaban a más de 600 productos tales como papel, artículos para el hogar, juguetes, calzado, motocicletas, cubiertas de bicicletas, pelotas, productos textiles, manufacturas diversas, partes de calzado, productos metalúrgicos, hilados, tejidos, neumáticos, tornillos, autopartes, y vehículos, entre otros productos.
Representantes locales del rubro textil también se sintieron aliviados con la medida. "Esto nos agilizará la importación de nuestra materia prima, lo que asegura la fuente laboral de la fábrica y el desarrollo de una mayor producción", dijo en voz baja un directivo textil obligado a importar insumos textiles cuya tecnología no se encuentra en el país.
A nivel nacional, el presidente de la Cámara Argentina de Comercio (CAC), Carlos de la Vega, calificó como "muy positiva" la derogación porque "los procedimientos llevaban tiempo y generaban costos innecesarios".