Hoy se conmemora el Día Internacional de la Lucha Contra el Cáncer de Mama. La Sociedad Argentina de Mastología (SAM) destacó que si se detectan a tiempo, "casi todos ellos pueden curarse". Según un informe de la institución, una de cada ocho mujeres tendrá esta enfermedad en algún momento de su vida. En la provincia se detectan entre 70 a 90 casos por año en el Hospital público. El objetivo concientizar a las mujeres sobre la importancia del conocimiento de su cuerpo, y la realización de una consulta médica anual, para detectar o descartar enfermedades mamarias.
Se recomienda que las mujeres se realicen una mamografía de base entre los 35 y los 37 años, si tienen sus exámenes clínicos normales y no poseen antecedentes familiares de cáncer de mama. Asimismo, a partir de los 40 es aconsejable la realización de una mamografía por año. Aquellas que tienen antecedentes de un familiar directo con cáncer de mama como madre o hermana, deben hacerse el estudio diez años antes de la edad de detección del cáncer del familiar.
Un avance argentino
Científicos del Conicet identificaron una proteína en el núcleo de las células de las mujeres con cáncer de mama, que contribuye al desarrollo de la metástasis. Este avance motivará el desarrollo de nuevas terapias para contrarrestar el mal pronóstico. Un equipo de investigadores dirigido por la doctora Patricia Elizalde, investigadora del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) en el laboratorio de Mecanismos Moleculares de Carcinogénesis del Instituto de Biología y Medicina Experimental (IBYME), descubrió, a finales de 2010, el singular papel que cumple la proteína llamada ErbB2 en los casos de cáncer de mama, cuando se traslada al núcleo de las células malignas y dispara la expansión tumoral. Aquellas conclusiones, que habían sido probadas en ratones de laboratorio, se volcaron en una publicación de la revista
Molecular and Cellular Biology. Un año más tarde, un nuevo estudio realizado en pacientes, pudo confirmar la relevancia clínica de aquel primer hallazgo, logrando un importante avance para futuros tratamientos contra el cáncer de mama.
"Desarrollamos un protocolo de identificación, y los resultados nos permitieron trazar una correlación entre la presencia del ErbB2 en el núcleo con una menor sobrevida de las mujeres en las que se lo detectaba, que tienen menos chances de responder a las terapias", precisa la doctora Elizalde. "La idea es lograr inhibir la entrada de este receptor al núcleo, para que no estimule la división celular. Lo importante es seguir avanzando en las pruebas clínicas, y encontrar un partner con alguna industria farmacéutica".
El trabajo, publicado a comienzos de este año en la revista de BMC Cáncer, fue financiado por el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva, la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica, el Conicet, y la Fundación Susan Komen for the Cure de Estados Unidos.
El equipo que dirige Elizalde está compuesto por Roxana Schillaci, Pablo Guzmán, Florencia Cayrol, Wendy Beguelin, María Díaz Flaqué, Cecilia Proietti, Viviana Pineda, Jorge Palazzi, Isabel Frahm, Eduardo Charreau, Esteban Maronna y Juan Roa.