El ‘lado B’ de la vida de Blanca Montenegro Trejo pocos lo conocen. Ella es presidenta de la Federación Agraria de San Juan, siendo una de las pocas mujeres que en la historia de esta entidad llegó a un cargo tan alto. Pero su vínculo con la tierra y los quehaceres del campo, arrancaron a fines de los ‘90, cuando quedó ‘’afuera del sistema’’ por ‘’vieja’’ -así lo cuenta-, y debió dejar atrás sus trabajos contables y de vendedora de vinos, para conocer una nueva actividad, totalmente distinta, y que por 14 años es su fuente de vida: la lombricultura, una de las herramientas que permite hacer humus. Claro que su historia no queda ahí y hace 4 meses, con 60 años bien llevados sobre su espalda, fue contratada por la minera Troy Resources, que explota el proyecto calingastino Casposo, para darle utilidad a los residuos orgánicos que allí se generan.

‘’Hace 14 años que estoy en esto, desde que detectaron que era vieja para trabajar. En la época de Menem me dijeron que era vieja con 46 años y con mi sobrina buscamos algo para hacer, y descubrimos la lombricultura. En la casa de mis padres empezamos con Mónica de Oro que nos asesoró’’, contó Blanca.

En Casposo está haciendo una tarea silenciosa. El objetivo inmediato es reconvertir por día unos 50 kilos de residuos orgánicos, y para esto ya se sembraron las primeras lombrices. ‘’A ellos les conviene porque no gastan en el traslado y transforman los residuos en humus. Lo que quieren es reciclar todos los residuos y con ese humus van a parquizar o reforestar toda la zona cercana al yacimiento, con pequeños pulmones o plantaciones más aisladas’’, apuntó. La idea estaba dando vuelta desde hacía tiempo y buscaron a alguien que en San Juan lo hiciera y todos los caminos conducían a Blanca: ‘’Mire, estoy más que contenta. Soy una vieja de 60 años a la que han contratado’’, dijo.

Pero a pesar de ahora jugar en las ‘’ligas mayores’’ y aspirar a que esta experiencia se repita en proyectos como Veladero o Gualcamayo, sigue trabajando en lo que es su emprendimiento base, que lo tiene en la casa de su mamá. La base del proyecto, para ella y cualquiera que lo inicie, es disponer de una ‘’cuna’’ que es un recipiente de un metro por un metro y 60 centímetros de profundidad, con 10 núcleos (cada uno tiene 3.000 lombrices) que en 6 meses producen 500 kilos de humus. Los núcleos están cotizados entre 600 y 700 pesos, y el kilo de humus se vende al público a 8 pesos.