Toda gran historia tiene un prinicipio. ¿Cómo empezó la pasión de Candelaria Tinelli por los tatuajes? Tenía 14 años cuando se hizo el primero, una estrella en el hombro, algo sin demasiada explicación; necesitaba hacerlo, fue y se lo tatuó. "Fue un impulso, quería tatuarme algo y saber de qué se trataba. Me terminó fascinando. Me acuerdo de que fui con mi papá", dijo en una entrevista. Ahí está: su padre, Marcelo Tinelli, el gran cómplice. Sin embargo, ese episodio inciático quedó en el recuerdo, porque decidió quitarse aquella estrella: "Me molestaba verla, así que me la estoy sacando con láser porque siento que ya cumplió su ciclo".
Poco a poco empezó a tomarle el gusto a la aguja. No con un interés demasiado grande, algunos tattoos como forma de jugar con el arte corporal, sin ambiciones, sin saber que luego portaría en su propia piel un estilo que enloquecería a muchas personas. Antes de ser la it girl del momento era simplemente la hija del conductor del Bailando, etiqueta que con el tiempo se fue quitando.
Corría 2011 y Cande empezaba a mostrarse en sociedad como una artista. Fue en la Semana del Arte de Buenos Aires, en el showroom de Zencity, un complejo residencial de lujo en Puerto Madero, donde expuso una serie de retratos coloridos. Tenía 20 años y su papá la acompañó. A los presentes les dijo la verdad: su vida, hasta años atrás, no tenía que ver con el arte; quería ser veterinaria, pero estudió seis meses y dejó la carrera. Entonces se puso a estudiar pintura. ¿Su recuerdo más temprano relacionado a las artes plásticas? "Cuando pincelaba vajillas junto a mamá como pasatiempo", dijo.
En agosto mostró uno de los primeros tatuajes extremos o, para decirlo de otro modo, poco comunes. Por ejemplo, la palma de su mano: medio sol en cada una de ellas. El más grande que se hizo fue en diciembre de 2015. Viajó a Francia para que el tatuador Guy Le Tatooer despliegue su arte sobre su espalda, cola, piernas y brazos. Con un desnudo en la web del artista apareció la obra: Cande, sin más atuendo que sus propios tattos, posó para la foto.
En 2016 llegaron más tatuajes: desde un dibujo futbolero, el logo de Playboy, flores primaverales hasta una suerte de tallo floral en su rostro, junto a la oreja, algo que ella misma dijo que jamás haría. Muchos se preguntan por qué, cuál es el sentido de intervenirse la piel. Ella misma lo dijo, algunos tienen significados, pero no todos: "en general tienen sólo un fin estético".
Ella suele bromear con eso. "A veces pienso en sacarme los tatuajes, pero me acuerdo que estoy completamente tatuada y se me pasa", escribió una vez. Lo sabe, le quedan realmente excelente, aunque existan las redes sociales donde muchos se burlan irónicamente.
¿Quedan límites por romper? Todo para indicar que en algún momento será imposible, sin embargo tratándose de la it girl más famosa del país, todo puede suceder. Así sucedió este viernes 23 de diciembre cuando sorprendió con un blackwork en su cuello. No es gratis, todo el sofisticado trabajo que han hecho varios artistas sobre su cuerpo cuesta su dinero. Pero esa es otra historia que no viene al caso.