La corrupción de altos funcionarios de Bolivia y otros países falso progresistas de Latinoamérica se ha convertido en algo tan frecuente que los medios tratan la noticia como un acontecimiento casi rutinario. En Miami, donde el alto oficial de la policía boliviana Fabricio Ormachea Aliaga fue arrestado por el FBI el 29 de agosto tras ser filmado tratando de extorsionar al empresario Humberto Roca, The Miami Herald ni siquiera publicó la noticia en su primera plana, sino en su sección de noticias "’locales y estatales”.

Roca, ex propietario de la aerolínea boliviana Aerosur, me dijo que había contactado al FBI a sugerencia de su abogado, después de varias semanas en las que el funcionario boliviano trataba de encontrarse con él para pedirle dinero a cambio de que el gobierno boliviano retirara las acusaciones en su contra. Ormachea fue filmado sentado en la casa de Roca, en Miami, cuando recibía u$s 5000 como anticipo de un pago de u$s 30.000, según declaró el FBI.

"’Le pregunté cuánto iba a cobrarme, y dijo que u$s 30.000”, dijo Roca. "’Parece muy poco dinero, pero así es como trabajan. Al principio te piden poco, y después te dicen que "las cosas se han complicado’ y te piden mucho más”. Roca recordó que "’la corrupción se ha multiplicado a niveles sin precedentes desde la llegada de Evo Morales, y junto con el vicepresidente Alvaro García Linera están a la cabeza”.

Roca fue uno de los fundadores de Aerosur en 1992, y se hizo cargo de la compañía en 1997. Cuando empezó a volar la aerolínea estatal creada por el gobierno de Morales, Boliviana de Aviación, el gobierno demandó a los propietarios de Aerosur por numerosos delitos, incluyendo el terrorismo. Evo no quería competencia privada, afirma Roca, que fue presionado a dejar Aerosur en 2010, y la aerolínea cerró en 2012. Morales después añadió nuevas acusaciones contra Roca, y el empresario a su vez demandó al gobierno por expropiación de su aerolínea.

Ormachea, preso en Miami, es solo el último de una larga serie de funcionarios de gobiernos "’bolivarianos” pescados en actos de corrupción. En 2011, el jefe de la agencia antinarcóticos de Bolivia, René Sanabria, fue arrestado por tráfico de cocaína y sentenciado en Miami a 15 años de cárcel. En Ecuador, el presidente Rafael Correa firmó contratos por cientos de millones de dólares con su hermano. En Venezuela, cuatro "’bolichicos” -hijos de empresarios amigos del gobierno- sin ninguna experiencia en el sector eléctrico, obtuvieron 12 contratos por más de u$s 1000 millones sin licitación alguna en 2009 y 2010, a cambio de pagos ilegales a funcionarios. Y todavía están frescos los recuerdos del escándalo del maletín, en el que el empresario venezolano Guido Antonini Wilson fue atrapado en 2008 en Argentina con u$s 800.000 en efectivo.

Mi opinión: Hay corrupción en todas partes, no solo en los países "’bolivarianos”. También en EEUU (en Miami y sus alrededores, hubo tres alcaldes acusados de corrupción en las últimas semanas). Pero la diferencia con Bolivia y otros gobiernos populistas es que en estos los presidentes tienen poderes casi absolutos, y cuanto menos controles tienen, más se roba con impunidad.