El X Tour Internacional de San Luis hoy llegará a su fin, pero como no podía ser de otra manera, tuvo a los bichos verdes del Sindicato Empleados Públicos como protagonistas. La etapa reina partió desde La Toma y luego de recorrer 168 kilómetros, ascendió al Filo de la Sierra de Comechingones en la Villa de Merlo, que es ni más ni menos, el límite natural entre las provincias de San Luis y Córdoba.

La altura, a 2140 metros sobre el nivel del mar, fue un filtro para la definición de la competencia más importante del Continente que finalizará hoy y que ahora tiene como líder al colombiano Dayer Quintana, el hermano menor de Nairo, que de no mediar inconvenientes, se consagrará por primera vez campeón del Tour Puntano.

La competencia tuvo su fuga del día, donde esta vez ningún representante sanjuanino estuvo involucrado. Eduard Grosú del Nippo Vini Fantini, Matej Mohoric del Lampre y Juan Pablo Magallanes de la Selección de México fueron quienes estuvieron toda la jornada al frente del pelotón. Entre los tres le hicieron frente a las fuertes ráfagas del viento que azotaron la provincia puntana y llegaron a sacarle 8 minutos de diferencia sobre el pelotón. Como era de suponer, pasando Concarán y llegando a la Villa de Merlo, justo donde comenzaría la parte dura del ascenso, el pelotón dio caza a los fugados y ahí comenzó otra carrera. La más importante. Porque la etapa reina tenia preparada demasiada acción con el ascenso empinado hasta la cima. Primero fue el colombiano Miguel Angel López del Astana el que ostentó cortarse del resto, saltó otro cafetero, Rofolfo López, representante del Androni quien le dio alcance, hasta que aparecieron en escena los hermanos Nairo y Dayer Quintana. Todo Colombia estaba al frente, pero el líder hasta ese momento Eduardo Sepúlveda y también el multiplecampeón italiano Vincenzo Nibali, se prendieron en la trepada. La subida se hizo dura, pero haciendo mella sobre eso, Ignacio Pérez de Sindicato Empleados Públicos se prendió en esa lucha de los de arriba. El cordobés, que conoce ese ascenso desde siempre por ser vecino de la zona, entonces se paró en los pedales y escaló. Con el aliento de sus amigos y familiares ubicados en el ascenso, trepó como si tuviese un motorcito en las piernas en plena montaña, pero igual su lucha y todo el empeño puesto arriba de su bici no le alcanzó para darle caza a los mejores del mundo que encabezaron la etapa. Igual el cordobés terminó realizando un balance altamente positivo, sabiendo que finalizó muy cerca de entrar en los diez, pero con la tranquilidad que dejó todo en la etapa más dura del Tour y que lo tuvo en el final, como el segundo mejor argentino de la prueba continental.