La segunda fecha de la temporada de ruta sanjuanina tiene nombre y apellido: Nicolás Naranjo. El integrante del equipo de la Agrupación Virgen de Fátima coronó con éxito el trabajo realizado por su equipo, que tuvo el premio, no sólo de su victoria, sino también, el segundo lugar de Adrián Richeze y los $ 1.000 de una pasada especial en la que se impuso Ricardo Escuela.
Tal cual se esperaba, el circuito “Carlos Escudero” tuvo un alto promedio de velocidad, se anduvo siempre arriba de los 45 kilómetros horarios y cuando se “bajaba” por las avenidas Libertador e Ignacio de la Roza, los hombres que comandaban la cabeza de la carrera, rodaban entre los 55 y 60 kilómetros por hora.
Hasta la tercera vuelta, mientras todos mantenían aún sus piernas frescas, aún cuando los intentos de fuga eran casi permanentes, nadie se iba o si alguno sacaba unos metros a su favor, su intento tenía corta vida. Pero pasados los 60 kilómetros de competencia, hubo un ataque que atomizó al pelotón en varios pedazos.
Daniel Zamora (AVF), Diego Tivani y Josué Moyano (M.Pocito), Gastón Javier y Darío Álvarez (SEP) y Francisco Monte (Individual) llegaron a tener medio minuto a su favor, distancia que se evaporó al ingresar al cuarto giro, cuando después de un acople se cortó nuevamente quedando arriba Zamora y Monte, de los primeros fugados, a los que se agregaron Nicolás Naranjo (AVF), Gabriel Juárez (MPO), Germán Gordillo y Darío Hausen (MRW) y Emiliano Ibarra (SEP). Ellos controlaron la carrera durante más de medio giro y antes de ingresar a la última vuelta fueron alcanzados por otros nueve ciclistas, Adrian Richeze y Luciano Montivero (AVF); Ricardo Julio y Diego Tivani (MPO), Daniel Lucero (MRW), Jonathan Sepúlveda (M.San Martín), Emanuel Echegaray (MPO) y Gonzalo Robledo (SEP).
Un par de rodadas dejaron al grupo en 11 corredores, donde sobrevivieron los cuatro piqueteros, quienes con el Pato de cabeza buscaron la meta con determinación, buscando revancha del domingo pasado y lo lograron con Naranjo y Richeze.
Rivadavia copó las calles
Las mesitas y sillas playeras se ubicaron en gran parte del circuito, aprovechando la agradable tarde los aficionados buscaron algunos lugares en la Ruta del Sol y muchos se trasladaron hasta puntos donde pudieran ver pasar la carrera en un par de oportunidades (casi todo el circuito por Marquesado). Hubo dos lugares donde la concentración de gente era tal que no había nada que envidiarle a las grandes clásicas o la Vuelta, como en la esquina de Galíndez y Libertador o en Rastreador Calívar e Ignacio de la Roza.
Lo único que hay que aceitar para organizaciones futuras es el control de trafico vehícular, porque hubo varios tramos que se complicaron.