Le hicieron un gol a los 25 segundos, jugó con un hombre más, erró un penal, se hizo un gol en contra, los cambios no le dieron el resultado esperado, regaló el primer tiempo y tardó 49 minutos para tener su primer disparo al arco. Demasiado y poco a la vez. Era una derrota y hasta el mismo entrenador lo dijo después. Aunque en la agonía (segundo minuto de descuento) lo empató 2-2 ante la CAI. Un punto muerto, que disfraza una realidad de este San Martín que comienza dormido, que tarda una eternidad en querer revertirlo, que tiene la pelota pero no genera y choca contra su propia impotencia. Muchas aristas de un equipo que ayer hizo todo para no ganar ante el último de la tabla y que está en zona de descenso directo.
Los fantasmas del 1-4 contra Rafaela con el primer gol a los 2′, volvió a ocurrir. La CAI sacó dos toques y la asistencia para Diego Romero que se metió en el área sin marca y convirtió. Iban apenas 25 segundos y San Martín ya perdía. Mazazo y puñalada que mató al sanjuanino. Otra vez la misma historia y otra vez las falencias. Con muy pocos recursos los sureños lo complicaron abriendo la cancha y llegando al fondo. Nula marca, cero creación, perdidos como equipo y sin respuesta.
La garra de Alderete y la intención de Poggi fueron lo único de un equipo desdibujado que regaló el periodo inicial y no hizo nada para revertirlo. Porque no encontró el circuito para entrarle a la CAI.
El segundo tiempo fue otro, sólo por actitud y urgencias. Salió Messera y el equipo encontró más marca, no trasladó tanto y fue para adelante. A los 4′, Poggi tiró y dio en el travesaño. Señal de cambio y de querer ser protagonista ya que fue el primer tiro al arco. A partir de allí fue otro San Martín, se llevó por delante a la CAI que puso dos líneas de cuatro.
Tuvo siete chances concretas de gol. Lucas Landa cabeceó solo en el área y luego un frentazo de Penco desviado. La tercera parecía ser la vencida, iban 12′ cuando Rosso lo tocó a Galarza y llegó el penal. Pero Penco remató fuerte al medio y Alcaín se lo atajó.
No era la tarde. El arco torcido y el empate parcial llegó de la manera más absurda. A las 16′ Poggi envió el centro y por detrás Marcos Galarza cabeceó para que increíblemente al arquero se le cayera de las manos y Landa terminó empujando el tanto del empate, que luego Stevenot le dio a Galarza.
Era el momento. De la noche que se venía, pasó a ver la luz. La insistencia, con más empuje que ideas, parecía que iba a traer alegrías. Roberval se "comió" el tanto, luego Landa no pudo en un rebote de frente al arco y el frentazo de Penco que dio en el travesaño y picó en la línea.
La CAI ya no tenía a Rosso por expulsión y en un tiro libre de Malcorra, Caprari peinó para anotar en contra. Iban 30′ y el golpe fue directo al corazón, a tal punto que ni el empate de Más en el segundo minuto de descuento, sirvió para disfrazar todo lo malo que el Verdinegro hizo.